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Del ‘paraíso’ al infierno por culpa de un solar con ratas en Jerez 74

Vecinos y negocios de la calle Paraíso, junto a la plaza del Caballo, exigen una solución definitiva

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  • Esperanza, gerente de la peluquería y el centro de estética 30 minutos, señala el solar -

“Estamos minados. Esto da miedo.  Vamos a tener que hacer algo”.  Son palabras de Carmen, propietaria del bar ‘Lo de Lui’ de la calle Paraíso, junto a Jerez 74 y la Plaza del Caballo, para referirse a la presencia de ratas en la zona por culpa del solar que tienen enfrente, con jaramagos que llegan al metro y medio de altura y que se ha convertido en un foco de infección y de insalubridad. Después de décadas de abandono, estos terrenos en los que no se puede edificar y que en el PGOU están recogidos como espacio de arbolado y zona de recreo, se han convertido en una losa que pesa demasiado tanto para los vecinos, como para los comerciantes y los propios clientes. En vez de una zona verde bien cuidada y de esparcimiento, el solar se utiliza como “meadero” para  perros, lo que no trae nada bueno ni para el día a día, ni para la imagen de una zona que concentra una amplia oferta comercial y de restauración.  

El pasado jueves junto a una copistería de la calle había una rata pequeña muerta en plena calzada, en la misma semana en la que otro roedor de gran tamaño pasó por delante de la puerta del bar.  “Me avisó mi marido, que al principio se pensó que era un perrito chico, y me dijo que cerrara la puerta porque yo estoy entrando y saliendo llevando cafés, no fuera a ser que se me metiera dentro”, relata. Le dio tal impresión que empezó a hacer ruido desde la cocina para espantarla y que se marchara de las inmediaciones. Al día siguiente, otro vecino le comentó que al tirar la basura una rata le pasó cerca del pie. “Imagínate cómo tiene que estar el solar por dentro”, señalan para referirse a un terreno al que bordean negocios de todo tipo: desde una  frutería, a una panadería,  establecimientos de hostelería y peluquería, entre otros. “Aquí solemos tener siempre la puerta abierta, y lo que faltaba ya era lo de las ratas. Esto está siempre así y es el comentario que siempre nos hacen muchas de nuestras clientas cada vez que entran”, señala Esperanza, de la peluquería y centro de estética 30 minutos. Les consta que es de un particular y que sólo se limpia una vez al año, normalmente coincidiendo con la Feria del Caballo, pues están casi pegados a zona de La Rosaleda del Parque González Hontoria.

“¿Pero el resto del año qué?¿Qué pasa en verano con el calor que hace si ahí se tira una colilla...sale todo ardiendo. Vamos a tener que preparar un escrito y llevarlo al Ayuntamiento, porque así no podemos seguir”, comenta Esperanza con sus trabajadoras.  No será el primero que registran, y ojalá fuera el último. Juan Manuel Baquero, que ha sido presidente de la comunidad de vecinos de los bloques de pisos que hay junto a estos terrenos, sabe bien de lo que habla.

“Chocar contra la pared”

Desde que se instaló en esta urbanización hace 40 años, este solar ha sido su caballo de batalla.

Tal y como explica a Viva Jerez, ha perdido la cuenta de los documentos que ha registrado ante la Delegación de Medio Ambiente, pero lo que tiene claro es que el caso ha pasado por todos partidos que han gobernado el Ayuntamiento de Jerez, sin que ninguno les haya dado una solución. Según apunta,  lo máximo que consiguió fue que el Consistorio enviara a un técnico hace un par de años para que evaluara la zona y que todo este espacio se acotara con una valla metálica que reciclaron de otra parte de Jerez y de la que ya queda poco rastro.       

“Esto es chocar contra la pared. Cuando le pregunto a los barrenderos por qué limpian las dos plazas contiguas y no esta, me dicen que eso es de Parques y Jardines. Nunca jamás nos han hecho caso”, lamenta, tras denunciar la falta de actuaciones del Ayuntamiento. “Tiene que hacer cumplir la ley y darle a los ciudadanos zonas habitables y pasarle el cargo a quien se lo tenga que pasar y no limpiarlo una vez al año. Por más que digan, no se le conoce propietario, y esto está lleno de puntillas y cristales y tenemos nietos pequeños a los que no podemos dejar andar por ahí”. 

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