El portavoz de la Campaña CIE No, Adrián Vives, ha asegurado a Europa Press que este martes quedaban tres internos en el centro de Valencia, dos de ellos, por la información que les han facilitado, han sido trasladados a Algeciras y, por tanto, "ahora no queda nadie en València pero no se puede decir que todos están en libertad" por los dos casos de traslado.
En esta línea, Vives recalca que la Campaña plantea que el CIE "no se ha cerrado sino que se ha vaciado por una cuestión circunstancial y por la imposibilidad de expulsión, que es para lo que se encierra a las personas migrantes".
Por ello, ha advertido que seguirán pidiendo el cierre definitivo de las instalaciones porque los migrantes que no han delinquido "no tienen que estar encerrados". "Hace más de tres semanas que llevamos pidiendo el cierre; seguiremos pidiendo el cierre definitivo y la campaña seguirá en activo", ha insistido.
El último interno que permanecía en las instalaciones del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores en València ha dejado este miércoles las instalaciones, que han quedado cerradas en el contexto de la crisis sanitaria por el coronavirus y serán desinfectadas, según han confirmado a Europa Press fuentes policiales.
El interno, un ciudadano albanés, ha dejado a primera hora de la mañana las instalaciones del centro que, a partir de este momento, van a ser desinfectadas. El pasado viernes aún quedaban hasta 15 internos en Zapadores a la espera de que alguna ONG se hiciera cargo de ellos y han ido saliendo progresivamente. En el último mes había llegado a haber hasta 33 hombres en el interior.
Según ha explicado a Europa Press el portavoz de la Campaña CIE No, Adrián Vives, la salida de los internos ha sido gradual. A quienes tenían domicilio en el territorio español, se les ha trasladado a su casa y a los que no, han sido derivados al sistema de acogida humanitaria. En algunos casos, como en el del último interno, se ha pasado a Servicios Sociales del Ayuntamiento de València.
En la situación de estado de alarma, los internos estaban en la situación de no poder ser repatriados porque ningún país los reconocía como nacionales propios, además de estar cerradas fronteras por la crisis del coronavirus y a punto de cumplir el tiempo máximo de estancia en estas instalaciones.
Los 15 últimos hombres tenían entre 20 y hasta 40 años, más de la mitad de ellos llegados en patera a la Comunitat Valenciana, y en su mayoría procedentes de Marruecos y Argelia. Ninguno de ellos estaba afectado por el Covid-19. Por tanto, todos estaban por estancia irregular en España y sin tener pendiente ninguna orden judicial de cumplimiento.
A raíz de las liberaciones de internos, habían quedado vacíos los CIE de Barcelona y el de Tarifa (Cádiz) y los últimos que seguían operando son los Aluche (Madrid); en Las Palmas; en Tenerife; en Murcia y Zapadores, que ahora cierra.
Ya al comienzo de la crisis sanitaria, varios colectivos sociales así como el Defensor del Pueblo pidieron la liberación de todos los internos porque las circunstancias actuales "impiden" que se pueda materializar la devolución o expulsión de los migrantes a sus países de origen y el Ministerio del Interior abrió la puerta a liberar a los internos tras analizar "caso a caso" las posibilidades de retorno de cada uno de ellos.