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Miércoles 27/11/2024
 

Málaga

El miedo y la desinformación merman la protesta en la ayuda a domicilio

La concentración de las trabajadoras de ayuda a domicilio en Fuengirola recibió más apoyo político que de las propias auxiliares ante las coacciones

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  • Concentración de las auxiliares de ayuda a domicilio en Fuengirola. -
  • Desde el sindicato CGT denuncian las “amenazas” de la empresa Clece a sus trabajadoras
  • La huelga, convocada a nivel andaluz, quedó desconvocada el día anterior al llegar a un posible acuerdo

Malos tiempos para las auxiliares de ayuda a domicilio en Fuengirola. Tras la convocatoria de una huelga y una concentración a las puertas del Ayuntamiento de la localidad para el pasado viernes, los planes no salieron como era de esperar. Así, el día anterior a esta cita, el jueves, se celebró una reunión en la sede del SERCLA (Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales en Andalucía) en la que no estuvo la patronal, tal y como detalla Manuela López, delegada del comité de CGT.

Este encuentro, en el que sí estuvo Marcial Gómez, el director general de Personas con Discapacidad e Inclusión de la Junta de Andalucía, pero en el que “faltaron otros puntos de vista”, según López, culminó con la firma de un acta y el compromiso de desconvocar la huelga, a nivel andaluz, para el día siguiente. Así, desde la Junta de Andalucía se comprometieron a mantener otra reunión el próximo 5 de octubre y a tratar todos los puntos que reivindican estas trabajadoras, a excepción de la dotación de EPIs suficientes, de calidad y homologados, y la eliminación “inmediata” de las diferencias en el precio hora de ayuda a domicilio que se abona a las empresas privadas y a los ayuntamientos por parte de las Diputaciones y la Junta de Andalucía.

Reinó la confusión

La concentración en protesta por la situación que viven las auxiliares de ayuda a domicilio y sus reclamaciones en la época de incertidumbre actual, como que se les considere trabajadores y trabajadoras del sector sociosanitario, se mantuvo para el pasado viernes viernes, de 10.00 a 12.00 horas. Sin embargo, la reunión de la jornada anterior y la falta de información entre las trabajadoras, llevó a que en la concentración hubiese más apoyo externo, que del propio personal. 

Estas trabajadoras reivindican, entre otros puntos, la inclusión de los empleados en las actividades especialmente peligrosas; la consideración de todo el personal como trabajadores y trabajadoras del sector sociosanitario, equiparando las condiciones ante la pandemia del Covid-19 con el personal de las residencias de ancianos y hospitales, en especial la consideración de accidente laboral; la dotación de EPIs suficientes, de calidad y homologados; la eliminación de contratas y subcontratas del SAD, pasando a se servicios públicos municipalizados; y la dotación de un presupuesto para la dependencia que elimine las listas de espera de pacientes, así como la eliminación "inmediata" de las diferencias en el precio hora de ayuda a domicilio que se abona a las empresas privadas y a los ayuntamientos por parte de las Diputaciones y la Junta de Andalucía.

"Amenazas" de la empresa

Asimismo, según declaraciones de López, otra de las culpables de que la falta de apoyos en la concentración fue la misma empresa que presta este servicio, Clece. “No dejaron servicios mínimos, la noche anterior a la concentración los usuarios no sabían si al día siguiente iban a estar atendidos, amenazaron con tomar represalias en caso de asistir a la protesta...”, detalla. "Estamos ante una postura dictatorial por parte de la empresa. A través de presión, coacciones y represalias nos prohibieron hacer la huelga. Han violado los derechos fundamentales de huelga y vulnerados los derechos fundamentales sindicales de la delegada del comité de huelga", detalla. Además, cuenta que le prohibieron colgar un cartel anunciando esta concentración en la oficina de la empresa. “Al final, lo puse fuera y al día siguiente lo habían quitado porque lo había ordenado el jefe”. En una semana continúa este “cuento de nunca acabar”.

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