La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha acordado trasladar de la cárcel de Córdoba a la de Pamplona al preso de ETA Javier Pérez Aldunate, que fue condenado en 2006 a 41 años de prisión por planear un atentado contra el rey Juan Carlos durante la Semana Santa de 2004 en Palma de Mallorca.
Igualmente ha aprobado trasladar de la prisión de Jaén a la de Burgos al recluso etarra Aitor García Aliaga, condenado por diversos delitos entre ellos los atentados en los que murieron un general y un policía en 2001 en Madrid, y a Joseba Segurola Beobide, condenado por colaboración con la banda y otros delitos, de la de Murcia a la de Burgos.
Según informa la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, Javier Pérez Aldunate ingresó en prisión el 16 de febrero de 2005 y cumple condena por delitos de atentado, pertenencia a banda armada, depósito de armas, falsificación y tenencia de armas sin licencia.
En una de las sentencias fue condenado por planear el atentado contra el rey así como por elaborar informaciones con fines terroristas sobre un diputado del PP y la Guardia Civil.
Cumplió las tres cuartas partes de la condena en febrero de 2020, ha aceptado la legalidad penitenciaria, participa en actividades programadas y ha remitido escritos de desvinculación de la banda terrorista.
Aitor García Aliaga ingresó en prisión el 1 de noviembre de 2001 y cumple una pena de 30 años por los delitos de asesinato, banda armada, colaboración con banda armada, atentado, estragos, lesiones y tenencia de armas.
En concreto fue condenado por el asesinato del general Justo Oreja Pedraza y por participar en el atentado en el que murió el policía Luis Ortiz de la Rosa.
Cumplirá las tres cuartas partes de la pena en abril de 2024, ha aceptado la legalidad penitenciaria y participa en actividades programadas.
Joseba Segurola Beobide ingresó en prisión el 19 de julio de 2003 y cumple una condena de 20 años por los delitos de colaboración con banda armada, falsificación y depósito de armas y explosivos.
Cumplió las tres cuartas partes de la pena en julio de 2018 y ha aceptado la legalidad penitenciaria.
Además Instituciones Penitenciarias ha dispuesto la clasificación en tercer grado penitenciario -régimen abierto- de otros dos condenados de ETA, Olatz Lasagabaster Anza y Patxi Uranga Salbide.
Olatz Lasagabaster Anza ingresó en prisión el 27 de junio de 2009 y cumple una condena de 12 años de cárcel por los delitos de colaboración con banda armada y depósito de armas.
Cumplió las tres cuartas partes de la pena en junio de 2018, ha aceptado la legalidad penitenciaria, ha presentado un escrito de desvinculación de la banda terrorista, reconoce el dolor causado y se encuentra en un avanzado estado de cumplimiento de la condena,, sin que tenga responsabilidad civil.
Prisiones ha resuelto su progresión a tercer grado y traslado de la cárcel de Aranjuez (Madrid) a la de San Sebastián.
Patxi Uranga Salbide ingresó en prisión el 27 de junio de 2009 y cumple una pena de 12 años por los delitos de colaboración con banda armada y depósito de armas.
Cumplió las tres cuartas partes de la condena en junio de 2018, ha aceptado la legalidad penitenciaria, ha presentado escrito de desvinculación de la banda terrorista, reconoce el dolor que ha causado y se encuentra en un avanzado estado de cumplimiento de la condena, sin que tampoco tenga responsabilidad civil.
Se ha resuelto su progresión a tercer grado e igualmente su traslado desde la cárcel de Aranjuez a la de San Sebastián.
En un comunicado la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) manifiesta que "con estos traslados ya son 98 los acercamientos de etarras, la mitad del total del colectivo de presos de la banda terrorista (197), y 14 los terceros grados concedidos" por el actual Gobierno.
Y añade que "a ninguno de estos presos etarras se les ha exigido que colaboren con la justicia; con firmar el papel tipo en el que todos aceptan la legalidad penitenciaria y se desvinculan de la banda terrorista ha sido más que suficiente".
"Se hace cada vez más cuesta arriba ver cómo el ministro del Interior se hace fotos en exposiciones que recuerdan a las víctimas o acusa a otros de construir el relato desde la mentira mientras está contribuyendo a que sean nuestros verdugos los grandes beneficiados y los grandes protagonistas de ese relato que no para de manchar", concluye la AVT.