Y ahora, debido al Covid 19, solo con la imaginación, porque con mis piernas no puedo, me trasladaré, a la taberna El Gorrión, pasando por el Arco del Consuelo. Allí, como siempre, sorprenderé conversaciones entre clientes, tan rancios y antiguos, como el vino que degustan. - Oye, ayer, le enseñé a mi nieto, que estudia arquitectura, una fotografía del derruido Teatro Cervantes. - Bien, y, ¿qué pasó? ¿Qué te dijo? -No me dijo nada, la miró, apenas la observó y, la dejó sobre la mesa. - Y tú, ¿qué esperabas que te dijera? - Nada, no esperaba nada. - No seas hipócrita, tú esperabas que se emocionara y, llorara contigo el desaguisado cometido hace tantos y tantos años, que ni yo me acuerdo. - Pues sí, es verdad, lo reconozco. Yo esperaba algo más. - Pero, con todos los años que tienes, ¿no te has dado cuenta, que no se puede vivir estancados en el pasado y en nuestros sueños, de lo que pudimos hacer y no hicimos? - Es que yo pienso, que todo se hace mal. - ¿Por qué piensas eso? - Porque sí y porque te lo demuestro. - ¿Cómo me lo demuestras? ¿Con una copa de vino manchego en la mano? - No, deja al vaso de vino en paz y razona un poco. ¿Dónde debe de ubicarse un buen teatro? - Supongo que en una zona que tenga fácil acceso y, que sea céntrica. - Y, ¿Dónde han construido el teatro Infanta Leonor? - Lo han construido al final de la calle Millán de Priego, que no está muy mal del todo. - ¿No hubiera sido mejor construirlo, en el Paseo de la Estación o en el Bulevar? - No te digo que no, pero, ¿por qué lo dices? - Lo digo, porque esta democracia nos va a volver locos. Resulta que las asociaciones de vecinos, reclamaron el teatro para el Casco Antiguo y allí se construyó. - Bueno y, ¿qué pasa? - Sí que pasa. En el lugar donde ahora está el teatro, debería haberse construido el Museo Ibérico. Y en el lugar del museo, podría haberse ubicado el teatro, que pudiera haber sido una copia, del antiguo Teatro Cervantes. - Y, ¿en qué te basas, para decir semejante barbaridad? - De barbaridad nada. Me baso, en el recorrido turístico del Casco Antiguo. - ¿Qué tiene que ver el recorrido turístico, con lo que tú propones? - Muy sencillo. Si en esta ciudad nuestra de tantas subidas y bajadas, tú inicias un recorrido con un grupo de turistas. ¿Desde dónde lo harías? - Indudablemente, lo haría desde nuestra Catedral. - Muy bien, tú lo has dicho. En Jaén, abunda la riqueza artística en sus cuatro puntos cardinales; pero uno de sus principales recorridos, podría iniciarse desde nuestra hermosa Catedral y por la calle Maestra, iríamos al salón Mudéjar de la calle Bernardo López. A nuestro paso y, a un lado y a otro, iríamos dejando el Arco de San Lorenzo, la Iglesia de San Bartolomé y todo recto, pasaríamos por la Escuela de Artes y Oficios, iglesia de San Juan, los Caños, la Judería de San Andrés y los ya muy famosos Baños Árabes. Y siguiendo y siguiendo, podríamos llegar hasta la Magdalena, con el nacimiento de agua de donde salió el lagarto y desde allí, al antiguo Hospital de San Juan de Dios, para terminar en el actual teatro, que podría ser, tal y como he dicho, el Museo Ibérico. El teatro, podría haber estado situado en una zona céntrica o de expansión. - No estás exento de razón, pero yo lo que veo en ti, es que estás un poco, más que loco o, el vino peleón, se te está subiendo a la cabeza. - Sí, estoy algo loco, pero más que loco, un poco o un mucho, chalado. Ahora se me ha metido en la cabeza, la construcción de un teleférico para Jaén. - ¿Un teleférico? - Sí, sí, un teleférico. Jaén tiene unos desniveles adecuados, con paisajes inigualables y, lo habréis comprobado, desde la altura de nuestro Castillo de Santa Catalina. - Además de chalado, tendría que llamarte, un poco más que fantástico. - ¿Fantástico por qué? - Porque sí ¿A quién se le ocurre? - Pues podría ocurrírsele, a un alcalde. Así de simple. Y si yo lo fuera, no dudaría en construirlo. - Cuando yo digo, que el peleón se te está subiendo a la cabeza, no me equivoco ni una pizca. - Puede que sí, pero, ¿acaso no se ha construido un tranvía de sube y baja?No me puedes negar, que no tiene accesos laterales, para comunicarlo con los barrios.Bien sabes, que,para comunicarse lateralmente, tendremos que utilizar los autobuses, que ya utilizamos. ¿No te parece absurdo utilizar un autobús desde Peñamefecit, para luego hacer trasbordo al tranvía? - Ya salió lo del tranvía. - Si yo hablo del tranvía, no lo hago con mala intención. Seguro que la alcaldesa actuó de buena fe y, con la mejor de las intenciones. Pero seguro que el teleférico, hubiera salido más barato y al utilizarlo como atracción turística, se hubiera podido poner en marcha, en los momentos más cruciales de nuestros visitantes. - ¡Qué bonito es criticar a toro pasado! - No critico. El tranvía ahí está y, es posible, que algún día pueda ser aprovechado, e incluso ampliado. Pero el teleférico, más corto o más largo, nos uniría al Castillo y, sería una atracción turística, que complementaría el atractivo de nuestras dos ciudades, Patrimonio de la Humanidad, donde con el tiempo y, muy merecidamente, será incluida, nuestra bella Catedral renacentista. Y poseídos por el asombro de semejantes ocurrencias, propias de un ser más que fantasioso, uno de los contertulios se dirige al camarero, que está atento a todo cuanto se dice y, a todo cuanto acontece a su alrededor. Porque digamos lo que digamos, detrás de aquél mostrador ha escuchado, lo que ni el sabio Cicerón, hubiera sido capaz de decir con su elocuencia y, menos aún, de resolver o entender, lo que allí se construye o se destruye. - ¡Anda Juan! Ponnos una ración de ese queso añejo que tú gastas y enséñanos, el jamón fosilizado que guardas como oro en paño. A este se le ha subido el vino y no deja de soñar con sus fantasías, queriendo arreglar el mundo y a su querido Jaén. - Sí, por supuesto, la espuela, me corresponde a mi pagarla y, lo haré en La Barra, porque lo que es yo, hoy, no me voy sin probar la suculenta morcilla. Hasta aquí llega el olor y allí, terminaré de hablaros del teleférico. Jaén podrá verse desde las alturas y, seremos más visitados, que los pueblos de la costa malagueña. Tiempo al tiempo.
Jaén
Taberna El Gorrión
Y ahora, debido al Covid 19, solo con la imaginación, porque con mis piernas no puedo, me trasladaré, a la taberna El Gorrión, pasando por el Arco...
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