“El cambio global que estamos viviendo ahora comprende el cambio climático, la deforestación y la reducción de hábitats”, enumeró Segovia en declaraciones a Efe, y relacionó todos estos aspectos con la acción del hombre.
En este sentido, explicó que todos estos procesos ligados al cambio global se producen de forma muy rápida “y las especies no tienen tiempo de adaptarse”, de tal forma que actúa “como un motor de la evolución en cuanto a la selección”; o dicho de otro modo, “aquellas que no se adapten a un cambio tan rápido se extinguirán”.
Este aumento de la tasa de extinción se producirá, a juicio de la experta, en ecosistemas terrestres y marinos sin distinción, aunque ha matizado que habrá otras especies que seguirán evolucionando y sobrevivirán.
“La solución pasa por que dejemos de emitir gases de efecto invernadero, y eso se consigue con medidas políticas serias”, sostuvo la ecóloga, que se mostró optimista de cara a la próxima cumbre de Copenhague, en la que Estados Unidos tiene previsto ratificar el protocolo de Kioto, “lo que es un primer paso”.
Considera esencial el papel de la Unión Europea, que está haciendo “una apuesta muy fuerte” por las políticas medioambientales, “y lo que hay que conseguir es que no lleguemos a superar un incremento de la temperatura global por encima de los dos grados centígrados, y que se reduzcan las emisiones de aquí a 2020 hasta un 30%”.
Para este último objetivo, abogó por que haya un mercado de carbono real, de tal forma que si hay países que emiten mucho y otros que emiten poco, ya que todos tienen derechos de emisión, que se comercie con estos, algo que “no es la solución pero sí un parche”.
Segovia indicó que “el punto clave” pasa por el hecho de que reducir emisiones supone pérdidas importantes para la industria de los distintos países, por lo que ha valorado todos los esfuerzos que se hagan en esta línea.
Por último, subrayó que los ciudadanos también deben desempeñar una función en este contexto, que empieza, en su opinión, por comprender qué supone el cambio climático y se conciencien en la utilización del transporte público y la bicicleta, plantar árboles o no malgastar agua; “podremos conseguirlo si cada uno pone su granito de arena”.
En otro orden de cosas, la capacidad marina para absorber dióxido de carbono se está agotando en otra muestra de la excesiva emisión de gases invernadero propiciada por la actividad del hombre en la Tierra, advirtió un estudio divulgado esta semana por la National Geographic Society.
El informe indicó que entre 2000 y 2007, al dispararse las emisiones de ese gas, la absorción oceánica del carbono producido por la actividad industrial se redujo entre un 27 y un 24%.
“Se trata de una caída bastante grande y la tendencia es bastante clara”, manifestó Samar Khatiwala, oceanógrafo del observatorio Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia.