El portavoz de Izquierda Unida en la Diputación de Huelva, David F. Calderón, defenderá una iniciativa en el próximo pleno provincial para reclamar a la Junta de Andalucía que “asuma sus competencias e impulse una solución dialogada al conflicto que se está produciendo entre los pescadores artesanales con trasmallo y el sector de la pesca deportiva, a tenor de las prácticas furtivas de una minoría que está perjudicando a ambos sectores pesqueros”.
El diputado provincial de Izquierda Unida propone que la Junta de Andalucía trabaje con ambos sectores para llevar a cabo la regulación de horarios de la pesca deportiva, la actualización del Decreto de 2003 que la regula y el desarrollo de líneas de investigación sobre el volumen de capturas, la repercusión socioeconómica y el impacto de la pesca recreativa en los recursos pesqueros.
En Huelva hay unas 200 embarcaciones y 500 marineros que se dedican a la pesca tradicional con trasmallo, que deben convivir con las más de 25.000 licencias de pesca deportiva. Calderón señala a Junta de Andalucía “como responsable directa del conflicto por su inacción” para garantizar el cumplimiento de su objetivo prioritario para controlar a una minoría que practica el furtivismo, amparándose en licencias deportivas.
Según explica IU en un comunicado, "la escasa información disponible, a nivel europeo, sobre la pesca recreativa, su volumen de capturas y su impacto económico y medioambiental constituye un obstáculo para desarrollar revisiones e implantar sistemas de gestión que garanticen un control efectivo de esta actividad". Ello motivó que en 2017 el Parlamento Europeo aprobara una resolución instando a los países miembros a recopilar información sobre esta modalidad de pesca y "garantizar que se desarrolle de manera sostenible y compatible con la política pesquera común".
En la misma resolución, el Parlamento Europeo dictaminó que la pesca recreativa “no debe mermar las posibilidades de la pesca profesional, ni el reparto equilibrado de los escasos recursos pesqueros entre las actividades y recreativas, especialmente en el caso de la pesca artesanal”.
Calderón precisa que “ejercer el furtivismo bajo el paraguas de la pesca deportiva es una práctica tan dañina para el sector profesional, como para la conservación de los recursos pesqueros y el propio sector de la pesca deportiva, que en su mayoría desarrolla su actividad dentro de su marco normativo y con respeto a las buenas prácticas”.