Australia confinó este jueves por siete días a su capital, Camberra, y sus comunidades aledañas, tras detectar un caso de la covid-19, dentro de su estrategia de supresión del virus con confinamientos rápidos y estrictos.
Unos 430.000 pobladores del Territorio de la Capital Australiana deberán cumplir con la medida que entra en vigor esta misma tarde y tras detectar un contagio de origen desconocido, el primer infectado en trece meses en este territorio australiano.
Las autoridades capitalinas optaron por decretar la medida al observar la situación sanitaria en Nueva Gales del Sur, su única frontera, donde se registra un rebrote con epicentro en Sídney y vinculado a la variante delta del virus.
"Este es el riesgo más grave a la seguridad pública que enfrenta el Territorio (de la Capital) desde el inicio de la pandemia", dijo el jefe del gobierno regional, Andrew Barr, a periodistas en Camberra.
A pesar de la medida, el Parlamento de Australia -ubicado en la capital- celebró este jueves su última sesión de la presente legislatura antes del parón programado hasta el 23 de agosto.
"Es demasiado pronto para decir en este momento cómo será la próxima legislatura y si debe o no aplazarse", precisó Barr.
Australia vive un pequeño rebrote de la covid-19 que ha obligado a imponer cuarentenas en varias regiones y que en conjunto aglutinan la mitad de los 25 millones de pobladores del país oceánico.
Actualmente, la medida permanece vigente en sus dos ciudades más pobladas: Sídney, desde 26 de junio y hasta 27 de agosto, y Melbourne, en 5 y 19 de agosto, entre otras pequeñas poblaciones.
Las autoridades registraron esta jornada 345 nuevos infectados y 2 muertos en Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, y 21 casos en Melbourne, además de diez contagios en Brisbane, aunque estos últimos en aislamiento.
Australia acumula más de 37.300 casos locales, incluidos 946 fallecidos, desde el inicio de la pandemia, y hasta el momento ha logrado vacunar con la pauta completa al 20 por ciento de la población objetivo.