La peor parte se ha vivido en algunos puntos del Valle del Guadalhorce, como Coín, Pizarra o Cártama, donde se ha llegado “puntualmente” a los 44 grados.
Hace tiempo que ha llegado el momento de abrirnos, de no replegarnos y encerrarnos en nosotros mismos, de ser auténticos compañeros de viaje y no resignarnos ante las barbaries.
Luciano Alonso defiende que en este sector no hay que hablar de resignación, sino de futuro, ya que se ha convertido en una industria que "supera los momentos de turbulencia económica mejor que otras".