Consultores

Publicado: 06/12/2023
Hace unos días leí en LinkedIn un post de una empresa importante que presentaba a uno de sus empleados como consultor estratégico
Hace unos días leí en LinkedIn un post de una empresa importante que presentaba a uno de sus empleados como consultor estratégico dentro del área de estrategia empresarial. Hasta ahí todo normal, dentro del modus operandi de este universo paralelo de excelencia en el que, si todos fuéramos tan buenos como decimos ser, seguramente nuestras organizaciones serían más competitivas de lo que son, y nosotros estaríamos tan demandados como si fuéramos la última botella de agua en el desierto. 

Lo curioso empieza después cuando, en un intento de justificar la capacidad y competencias del empleado, la empresa detalla que es Licenciado en Derecho y tiene un máster en Ciencias Jurídicas. Aunque la parte jurídica tiene una gran importancia en la actividad empresarial, al regular derechos y obligaciones de las partes y proteger sus intereses, la estrategia de la empresa abarca más aspectos que los legales. Evidentemente, todo se aprende y hay muchos casos de formación autodidacta en estrategia empresarial, que no han precisado tener un Grado ni una Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas. No obstante, es chocante que una empresa considere que, para ser consultor estratégico en el área de estrategia empresarial, no es necesaria formación empresarial.

La demografía armonizada de empresas que publica el INE muestra que algo más del 20% de las empresas no sobreviven a su primer año de vida, y en 3 años desaparecen alrededor del 45%. Los datos de supervivencia empresarial en EEUU que ofrece el Bureau of Labor Statistics muestran cifras similares (23% de las creadas en marzo de 2022 no continúan su actividad en marzo de 2023 y, de las creadas en 2013, han desaparecido un 65%). Según el profesor Michael Porter de la Universidad de Harvard, el 75% de las empresas carece de estrategia y se limita a copiar. También señala que la empresa sin estrategia está dispuesta a intentar cualquier cosa. 

Los consultores son los nuevos oráculos a los que se encaminan y encomiendan muchas de estas empresas sin estrategia, esperando que les sea revelada la “fórmula secreta” del éxito. Si además el consultor estratégico no sabe de estrategia, seguir sus recomendaciones nos sitúa en la misma situación que Jesús señaló para los fariseos: “si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo” (Mateo, 15:14) y, por buenos que sean los consultores, ningún viento es favorable para el que no sabe a dónde va. 

 

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