En el día en el que concluye la Cuaresma y se conmemora la oración de Jesús en Getsemaní, la traición de Judas y el posterior prendimiento de Cristo, la Semana Santa llega a uno de sus más elevados momentos litúrgicos. Es este, sin duda, un día de gran solemnidad, en el que se inicia el Triduo Pascual, que culminará el Domingo de Resurrección.
En Alcalá, la Hermandad de Penitencia de los Apóstoles y Discípulos de Jesús, escenificaba ya desde las siete de la tarde, el traslado procesional de la Mesa de los Apóstoles y la Cruz de los Discípulos de Jesús desde la casa del hermano mayor, en calle Ramón y Cajal, hasta la iglesia de Consolación, donde se celebraba la misa de la Cena del Señor. Posteriormente, ya a las ocho y media de la tarde, tenía lugar la salida de la Hermandad del Señor del Ecce-Homo y Jesús en la Columna desde la casa del hermano mayor.
Ambas se unirían ya en Consolación a la procesión de la Muy Antigua Hermandad del Señor de la Humildad y María Santísima de los Dolores, que iniciaba su itinerario en torno a las nueve de la noche por las calles Real, Llana, Miguel de Cervantes, Álamos y Carrera de las Mercedes.
Para conocer los orígenes de esta emblemática hermandad alcalaína hay que remontarse al siglo XVII. Aunque en 1641 existía una cofradía que contaba con el Señor de la Humildad como uno de sus titulares, en 1688 fue disuelta. Años más tarde, el diez de marzo de 1693 es fundada la Cofradía del Santo Cristo de la Humildad, teniendo su sede canónica en el convento e iglesia de Consolación y obteniendo el patronazgo de la capilla mayor de la citada iglesia (hoy la de Jesús Nazareno).
Durante el año 1781, en el franciscano convento de Consolación, tiene lugar la fundación de la Esclavitud de la Virgen de los Dolores y, como quiera que la imagen dolorosa era propiedad de los de la Humildad, comienza la colaboración entre ambas instituciones. En 1928, ante lo deslucido de la procesión del Jueves Santo se produce una reorganización de la cofradía, pero la guerra civil de 1936 termina con ese intento y con la destrucción de ambas imágenes y la mayor parte del patrimonio.
En marzo de 1939 vuelve a venerarse en Consolación a la Virgen de los Dolores obra de Fernández Andes y 1948 es el año en que un grupo de jóvenes alcalaínos entusiastas de sus tradiciones seculares reorganizan la maltrecha cofradía, ahora bajo la denominación de Muy Antigua Hermandad del Señor de la Humildad y María Santísima de los Dolores, encargándose a José Gabriel Martín Simón la imagen del Señor de la Humildad y a Miguel Bejerano la Virgen de la Soledad de Nuestra Señora.