El Tribunal Supremo (TS) ha condenado a penas que suman un año de prisión a un sargento primero de la Brigada de la Legión (Brileg) con sede en la base 'Álvarez de Sotomayor', en Viator (Almería), por insultar y vejar a un subordinado al que, en al menos tres ocasiones, golpeó y propinó patadas en los glúteos para recriminarle lo que, a su juicio, eran comportamientos no lo suficientemente "diligente".
El acusado, según recoge la sentencia consultada por Europa Press, también se extralimitó en el ejercicio del mando ya que le arrestó durante tres días por llegar tarde a la lista de ordenanza, arrestó que el legionario cumplió aunque "sin que se tramitara expediente alguno ni le fuera notificado".
El Alto Tribunal desestima el recurso de casación interpuesto por el sargento primero contra el fallo del Tribunal Militar Territorial Segundo al considerar que los hechos quedaron acreditados, no sólo por el testimonio de la víctima y las periciales forenses, sino por hasta cuatro testigos de los episodios de abuso de autoridad que cometió.
El primero de ellos se remonta a noviembre de 2009 cuando el caballero legionario se presentó en su unidad a la lista de ordenanza "vistiendo ropa de deporte cuando debía haber comparecido vistiendo uniforme mimetizado". Para cambiarse, entró en el edificio de la compañía, momento en el que el acusado le dijo que estaba arrestado por tres días y, tras entornar una de las hojas de la puerta de acceso y mientras se encontraba en posición de firme, "le golpeó por dos veces con la mano abierta a un lado de la cara y el cuello".
Pocos días después, en diciembre, volvió a cometer abuso de autoridad durante un ejercicio de fuego real con pistola que componentes de la Sección de Policía Militar de la Brileg realizaron en el campo de tiro de la base. Una de las líneas era mandada por el acusado.
Durante su realización y tras finalizar los legionarios, según se recoge como probado en la sentencia, el mando se dispuso a realizar un serie de disparos y ordenó a la víctima que no quitara uno de los blancos y que los parcheara. "Dado que no lo realizaba con suficiente diligencia se dirigió al mismo insultándole y un momento en que se dirigía a recoger los parches, al pasar a lado, le dio un patada en la pierna", añade.
El legionario, "sorprendido", se quedó "parado", momento en que el suboficial condenado, "cogiéndole por los hombros le dio otras dos patadas en los glúteos, soltándole a continuación para que siguiese con su actividad"
Ese mismo día, y cuando se encontraba pasando revista a las pistolas usadas en la prática, el acusado, que estaba detrás de la línea que se había formado a tal efecto, se dirigió de nuevo a él y, a la vez que le reprochaba la forma en que cogía el arma, "le golpeó con el casco que llevaba en la mano, impactando el golpe en la parte posterior inferior del casco que llevaba puesto, por lo que se vio desplazado hacía delante uno o dos pasos, aunque sin llegar a caerse".
El Supremo condena al suboficial a tres meses y un días prisión, y a cinco meses, como autor de dos delitos de abuso de autoridad consumado y otros cuatro meses por un delito de extralimitación en el ejercicio del mando al tiempo que le impone el pago de una indemnización de 600 euros por el cuadro de agitación neuropsíquico que provocó en la víctima.