La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) afirma en un informe que en las zonas rurales españolas la "coexistencia" de las personas inmigrantes con los autóctonos es buena, pero "la convivencia estaría por construir", por lo que recomienda crear espacios comunes para integrarlos.
Es una de las conclusiones de su estudio "Situación de la población inmigrante en las zonas rurales españolas y su contribución al desarrollo rural", presentado este martes a partir del análisis de cuatro comarcas españolas: Almanzora Los Vélez (Almería), Alcarria (Guadalajara), Valle del Tiétar (Ávila) y La Noguera (Lleida).
El trabajo destaca a la población inmigrante como una de las posibles soluciones para revertir o ralentizar la pérdida progresiva de población, ya que se trata de personas normalmente más jóvenes. Bien gestionadas, añade, las migraciones son un fenómeno que produce beneficios a las comunidades de origen, a las de destino y a las propias personas que se mueven.
A pesar de que a partir de 2008 fue bajando la llegada de inmigrantes a España, indica el estudio, en 2013 empezó a subir y en 2018 se situó a los niveles de una década antes. Estos extranjeros, afirma citando un informe de la UE, tienen además "mayor propensión a trasladarse al mundo rural que la población autóctona urbana".
"Se trata de una movilidad muy vinculada con el mercado de trabajo, pues la población migrante tiende a residir en áreas donde hay una producción agrícola intensiva y un alto grado de empleo temporal", muchas veces irregular y precario, apunta el informe.
En el caso de las mujeres inmigrantes, tienen una alta tasa de desempleo en el mundo rural (del 22 % tomando datos de CCOO de 2019) y sus salarios son "mucho más bajos que los de mujeres españolas y de hombres migrantes", especialmente en el caso de las africanas.
En España, estas mujeres inmigrantes suponen un 24 % de las que trabajan en la agricultura y son por tanto "un pilar fundamental del trabajo agrario".
Analizadas las cuatro regiones españolas, con un estudio de su demografía y economía, así como entrevistas a sus habitantes, la OIM da una serie de recomendaciones para facilitar la entrada de población inmigrante y su correcta adaptación.
Al respecto, indica que aunque los participantes en el estudio aseguran que no hay problemas serios de convivencia con los extranjeros, "en muchas ocasiones la interacción entre personas autóctonas y extranjeras es limitada".
"Hay buena coexistencia, pero no siempre una buena convivencia", ha resumido Gemma Pinyol-Jiménez, coordinadora del informe, en su presentación virtual. Existen, ha dicho, "pocos espacios de encuentro" en estas regiones rurales y los que hay "no siembre están al alcance de las personas extranjeras", uno de los aspectos a trabajar para conseguir una correcta inclusión social.
El estudio expone de forma pormenorizada las recomendaciones para cada una de las regiones analizadas, pero extrae unas comunes a todas ellas.
En primer lugar, indica la necesidad de crear una "nueva narrativa para el mundo rural", es decir, que se informe más y mejor sobre él y deje de ser visto con "una mezcla de compasión e indiferencia".
También convendría atraer a nuevos residentes con "paquetes de prestaciones" en varios idiomas y facilidades de acceso a la vivienda, identificando por ejemplo las que están disponibles y en alquiler, con el objetivo de que personas y familias que quieran instalarse en el mundo rural lo tengan más fácil, y destacando la posibilidad del teletrabajo.
Otro de los aspectos a mejorar a juicio de la OIM es la coordinación de las diferentes administraciones locales y regionales, lo que evitaría "duplicidades", así como garantizar que los servicios básicos se cumplen en los entornos rurales en condiciones de igualdad y tienen una buena calidad.
Mejorar las comunicaciones, explorar nuevos nichos económicos, fomentar las acciones de promoción de la igualdad y de lucha contra la discriminación e impulsar las políticas de integración son otros de los campos de acción que propone la OIM para atraer a nueva población migrante a las zonas rurales españolas.
Almería
La OIM observa que la "coexistencia" de inmigrantes en zonas rurales españolas es buena
Por el contrario, "la convivencia estaría por construir", por lo que recomienda crear espacios comunes para integrarlos
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