En plena ola de calor, el 19-J principia su última semana. Todo lo que tiene un principio, tiene un final. Todo cuanto concierne a Jaén, empieza y acaba en Despeñaperros. De paso. El flirteo de un mes y pico de arrumacos y galanterías, que nos hizo sentirnos importantes en nuestra insignificancia, concluye de la peor manera posible. Con el sudor reseco y un baño de realidad. No hay recetas mágicas ni milagro andaluz que nos catapulte, en un abrir y cerrar de ojos Next Generation de discriminación positiva en materia de infraestructuras y proyectos tractores en ciernes, hacia la media europea. Todo empieza y acaba en Despeñaperros. Siempre de paso. Este 19-J está concebido, con descaro, sin tapujos, como la primera vuelta de las próximas elecciones generales. Bien lo puede atestiguar Santiago Abascal, que respaldó, el viernes de la Capilla jaenera, conmemoración de la arenga de la Virgen a la heroica resistencia ante el asedio mahometano, a Macarena Olona. Mitin en la capital del Santo Reino, menú-degustación en Casa Pepe, es un decir, y de vuelta a la Villa y Corte. Ni siquiera le retuvo unas horas más el aliciente de ver a José Tomás reapareciendo en la Alameda, dada la profusión en las horas previas de falsa monea. ¿Otro colapso a lo Saint Denis a la hora de abrir? ¡Si al menos alternara, mano a mano, con Morante! La campaña de Vox en Jaén, coordinada férreamente desde Madrid, subordina la imagen individual de sus candidatos jiennenses, a la mayor gloria de la marca, hasta invisibilizarla. ¡Ni pinchazo ni leches! Para los intervinientes en el acto electoral de Vox en Jaén, rebajar el suflé posibilista de un crecimiento que los erigiera en decisivos en la duodécima legislatura andaluza solo puede ser obra de una panda de “lacayos”. Los mismos “lacayos” que especulan hoy con que, en caso de no fructificar la aritmética del encaje poselectoral con el PP, Olona ni tomaría posesión de su acta de parlamentaria en las Cinco Llagas. Al mitin del viernes, en el Parque de la Concordia, seguramente, acudieran más de mil, aunque sin alcanzar los millares que propalaban, minutos después, los voceros de su aparato de propaganda. Son más de los que cabía esperar hace unos meses y bastantes menos de los que alimenta el delirio de grandeza de su farsa. Fieles e infieles. De Guadalete a Navas de Tolosa, de Despeñaperros a Jaén, y cierra España.
Así, en el bipartidismo hegemónico, Juan Bravo, consciente de la necesidad de un arreón final, inducido por las encuestas internas, se tira definitivamente al monte, en tanto Ángeles Férriz descuella vivaz ante la monótona pose de su aspirante. Vencer es, primero, morder y convencer, y luego, mover y remover hasta que no quepa la menor duda. La campaña del PSOE “Si votamos, ganamos” mete el dedo en la llaga de una militancia que ha dejado de tener fe en el milagro de la resurrección y de la remontada. El problema no es tanto la indecisión de 3 de cada 10 como el arrojo de quienes tendrían que estar ya convencidos de antemano. La distancia relativa, desdén en términos prácticos, con que buena parte de los alcaldes socialistas de Jaén afronta esta campaña solo puede entenderse como la manera de ponerse de medio lado ante la inevitabilidad de una derrota que no quiere que lastre su reválida municipalista en menos de un año. Con la actitud de mirar de soslayo como si no fuera contigo, la baldosa propia, Paco Reyes, nunca estará suficientemente reluciente este 19-J. Visita relámpago de Juanma Moreno a Córdoba, acompañado en todo momento por su alcalde y correligionario, José María Bellido. El COLCE, allí, presente refulgente; aquí, en cambio, de sobra sabido y sufrido, solo fiasco reciente. “Cuando vi los números de la base logística en empleo, cuando vi que ese centro se podía ubicar aquí y vi el retorno que iba a tener, dije José María, cuenta conmigo. En efecto, ha contado conmigo y ha contado con nosotros”, aseguraba Moreno Bonilla a centenares de cordobeses. En la introducción, ejerciendo de speaker, el propio alcalde contó cómo fue el proceso. “Con la base logística tuve que hacer una llamada a Juanma Moreno para pedirle el apoyo de la Junta de Andalucía. Y ya sabéis todos cuál fue el final”. Jaén Merece Más difundía con denodado empeño la reseña periodística. Herida abierta, creciendo al albur del agravio. Rédito electoral, en todo caso, a beneficio de inventario. Otros candidatos por Jaén completan una quincena extenuante de idas y venidas, como Enrique Moreno, inasequible al desaliento pese a que las expectativas demoscópicas no le arrienden precisamente ganancias a la franquicia de Ciudadanos en Jaén. Con Juan Marín, el sábado, se daba un garbeo por Futuroliva-Baeza. El futuro de los naranjas, tan entregados a la reedición de la coalición con el PP, parece más predestinado a engrosar la nómina de personal de confianza del futuro Ejecutivo que a conformar grupo parlamentario propio. La conjunción izquierdista ‘Por Andalucía’, bajo la dirección de IU y el discreto acompañamiento de Podemos, placea cuanto puede a Mamen Barranco. Repetir representación por la provincia, 1 = 1, con la ‘gemela’ Adelante Andalucía, en danza, replicando la chanza, se antoja, proeza de la mera supervivencia, resultado digno…
De paso, de paso. Siempre de paso. Suena Aute al enfilar la recta final. “Decir espera es un crimen, decir mañana es igual que matar, ayer de nada nos sirve, las cicatrices no ayudan a andar”. Dejándonos en el más triste de los desconsuelos, los enviados especiales de la BBC y Le Monde, así como de otros medios de comunicación de referencia en el viejo continente, las caravanas de los líderes, vendedores profesionales de humo en tiempo de feria, con todo el ruido de sus fanfarrias y promesas, se fueron por donde vinieron: Despeñaperros.