Samuel se ha resarcido de su desfallecimiento del primer día de carrera en la cuesta de Putxeta y ha logrado el triunfo gracias no solo a la fuerza de sus piernas sino también a la inteligencia con la que ha encarado la última de las siete subidas de la jornada, la de Usartza, cuya cima estaba a solo dos 2,2 kms. de meta.
El asturiano no ha entrado al trapo de los primeros ataques importantes, en los que quizás Andy Schleck, sobre todo, y Gesink han quemado sus naves demasiado pronto. El de Oviedo ha regulado, ha alcanzado a los primeros, se ha aguantado también tras otro arreón, el definitivo, de Horner, y luego, cuando les han cazado Valverde y Gesink, ha aprovechado su condición de rezagado en la clasificación general para marcharse en el pequeño tramo de bajada que conducía a la meta.
Si espléndido ha estado el líder del Euskaltel, no menos brillantemente se ha comportado el jefe de filas del Caisse d’Epargne, quien, después de mantenerse en posiciones discretas durante la subida final, ha diluido los 15 segundos que cedían él y a Gesink a 2 kms. de meta con Samuel y Horner, el rival al que quería cazar, con un demarraje impresionante tras alcanzar el alto.