La crisis está vaciando las arcas públicas y hay que poner remedio. Una medida es la de incrementar las inspecciones en los comercios que la Consejería de Salud, a través de la Dirección General de Consumo realiza periódicamente, al parecer con un afán principalmente recaudatorio. Evidentemente, los inspectores no exigen nada que no venga en la norma, pero se han vuelto mucho más escrupulosos con su cumplimiento y lo que antes era una advertencia, se ha convertido en multa, al primer aviso.

Así lo explicó a este periódico el presidente de la Unión de Comerciantes de Cádiz, Salvador Muñoz. El representante de los comerciantes reconoció que en los últimos meses ha recibido muchas quejas de sus afiliados porel grado de exigencia alcanzado por la Junta de Andalucía. En este sentido, Salvador Muñoz indicó que se han multiplicado las multas por valor de 30 y 60 euros por cuestiones que antes eran anecdóticas y que sólo se advertían.

No obstante, el representante de los comerciantes no le molesta que haya inspecciones, “todo lo contrario, nos parece bueno”, pero lo que sí exige es más comprensión con el pequeño y mediano empresario, “primero que nos adviertan y luego que nos multen”.

Y es que en los tiempos que corren una multa con una abultada suma de dinero puede suponer la puntilla para que el empresario decida cerrar el negocio, un extremo que en la actualidad poco favorece a la economía.
Pero la Junta de Andalucía no es la única que quiere equilibrar sus arcas con las inspecciones. La Agencia Tributaria ha pedido a sus inspectores que mejoren en un 15 % sus objetivos.