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Andalucía

35 años

Estamos de fiesta, ganada a pulso por pequeñas personas que son muy grandes y que a diario se han esmerado por hacerlo bien, por resistir

Publicado: 10/11/2023 ·
13:52
· Actualizado: 11/11/2023 · 07:36
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  • El jardín de Bomarzo.

“Existe algo que el tiempo no puede, a pesar de su innegable capacidad destructora, anular: y son los buenos recuerdos, los rostros del pasado, las horas en que uno ha sido feliz”. Julio Cortázar.

Hermosa es la idea que dice que uno está vivo hasta una vez muerto fallece la última persona que guarda un recuerdo de él, como ese rayo verde que dispara el sol en el horizonte cuando desaparece sobre el mar o el monte. Se vive también en la memoria de otros, mi viejito con su gorra calada leyendo a Marcial Lafuente en aquellas novelas del oeste americano donde el caballo del malo siempre corría menos. Ese final en verde resume la esencia de la vida, un momento sencillo quizás, aquel día que fuimos al circo, cuando de pequeña en pañales te sacaste el pipo de la boca para llamarme carajote, tu primera palabra completa con dedicatoria, o todas aquellas historias menores que una madre, que atesora todo lo esencial que resume la vida, cuenta cientos de veces y todas ellas lo hace riendo como si no lo hubieras escuchado nunca cuando las conoces de memoria. Los recuerdos son como los fotogramas de esta secuencia de cine que forman la vida y la memoria retiene lo que el corazón dicta, seguro que mucho más aquel primer beso con la chica o chico de tus labios que cuando ciertos objetos valiosos, los que sean, fueron finalmente tuyos tras una larga espera. Hay que esmerarse, mientras quede tiempo, en alimentar los recuerdos para el futuro, cuidarlos para que esos rayos verdes del final de otros sean dulces.

Uno, qué le va a hacer, es más adicto a la inteligencia emocional que a la artificial, ahora tan de moda y más que se pondrá, porque el poder de la primera no conoce límites, no tiene barreras: el calor de un abrazo o el arranque espontáneo de una risa ni cabe por un cable ni se traduce en onda para viajar por wifi. Sería interesante, no obstante, que la tecnología nos brindara una aplicación mediante la cual pudiéramos des-conocer a mucha gente que a lo largo de la vida hemos conocido y que, innecesariamente, ocupan espacio en nuestra memoria porque no ofrecen un valor añadido para, de este modo, liberar espacio y ocuparnos un poco más, mejor, de los que conocimos y a los que no dedicamos el tiempo necesario, a los que hace mucho no tratamos, de los que por alguna causa nos alejamos, a los que queriendo o sin querer dañamos y hay deuda. Y cuando hay deuda, uno sabe que hay deuda. Las relaciones con otras personas son pequeños tesoros, como flores en el jardín que lucen y huelen bien si las abonas y riegas y se secan o languidecen si las dejas en el arriate del olvido.


Publicaciones del Sur ha celebrado esta semana su 35 aniversario, quién lo hubiera dicho. Estamos de fiesta, ganada a pulso por pequeñas personas que son muy grandes y que a diario se han esmerado por hacerlo bien, por resistir, algunos pasaron durante estos años y marcharon a otros retos dejando su huella, un ladrillo puesto, un muro o una torre, otros muchos siguen en el empeño poniendo su cuota diaria. Como Fernando, Montse, Reyes, Sara, Gustavo, nuestro fiable Abraham, Anita y sus tacones, Aleu, Rocío, Mamen, Pata y su gente de rotativa que son como porteros de discoteca, Fabi y Chari, las chicas del crosissant, Encarni, Lolo, hombre grande en tamaño y método, los dos Javier, Edu, Montero, Virginia con Vero y toda su gente buena de Boom y News Script, Paco, Antonio, el eterno Raúl Bustillo, Nuria, Marina, Blanca, Bea y Dani, pura genialidad de pasión y nervio, Cabeza, Fátima y Younes, moro de la morería de corazón cálido, Juanlu, Benítez y Ángeles y que Viva Arcos, Juan Diego, Lino siempre Siente, toda la gente que hace Almería, Córdoba, Jaén y Granada, Virginia desde Huelva, Iván, Antonio Jesús, Ramón, Carmen del Toro, toda la vida dando guerra, Moi, Aurora, Pedro, Peña y todos los que hacen Sevilla, técnicos, cámaras, edición, Monguió, uno más de los nuestros aunque amanezca en Ser, como lo es Víctor Cano, te la debo, Víctor Rayo, historia cofrade, Martínez y todos los muchos que acompañan a todos éstos y que tan importantes son porque hacen lo suyo, como lo hacen colaboradores, articulistas, tertulianos y resto de cómplices en esto de resistir para crecer. Y arriba, donde la perseverancia y la responsabilidad habita, José Antonio, que cada día pierde más la batalla por ocultar un corazón que no le cabe dentro y más ahora iluminado entre premios. Con todas las cosas que tienen las familias, porque quién alguna vez no ha querido tirar a un cuñado por la ventana, eso ha sido, es. Y así hemos llegado a los treinta y cinco, desde Jerez, para la provincia de Cádiz, en la idea de comunicar Andalucía.

A los citados y a los que no -el perdón por delante-, a los que a diario nos alientan, asesoran, ayudan, quieren y, con ello, fortalecen, ellas y ellos lo saben, a los de enfrente también, son necesarios, nos mantienen alertas, vivos, a nuestro ángel Atienza que desde arriba gestiona con lo divino para desviarnos del camino erróneo, a nuestros anunciantes, nuevos y viejos, que nos dieron el alimento vital y, sobre todo, a usted, querido lector, ciudadano de a pie, cuya fidelidad nos mantuvo sobre la escena, gracias. A todos, gracias. Este apoyo nos dio el coraje para hacerlo a nuestra manera.

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