La fundación benéfica ayuda económicamente a 400 familias gaditanas
La fundación benéfica gaditana Virgen de Valvanuz está sufriendo directamente en sus carnes los efectos de la crisis económica que asola el país al no poder atender en estos momentos y de la manera que lo venía haciendo hasta ahora a las casi 400 familias que acuden a ella en busca de ayuda.
Y es que este colectivo, que se mueve simple y llanamente por su interés de paliar el sufrimiento y las penalidades ajenas, no puede atender a esas familias como lo venía haciendo hasta ahora ya que hasta el momento no ha recibido la subvención anual que le concede la Junta de Andalucía para atender a ese colectivo de necesitados.
La responsable de la fundación, Mila Aragón, asegura que este año todavía no ha podido convocar a las familias para atender sus necesidades porque aún no cuenta con el dinero para hacerlo. “Me han dicho que no me preocupe, que el dinero lo vamos a recibir porque la ayuda está aprobada, pero lo cierto es que no sabemos cuándo nos la van a dar y es que se trata de las subvención de 2010”, asegura.
La fundación Benéfica Virgen de Valvanuz no se limita a cubrir las necesidades alimenticias de estas 365 familias. A muchas de ellas se les pagan las hipotecas, los alquileres de viviendas, las facturas de la luz o la calefacción. Todo para reducir al mínimo el impacto de su actual situación laboral.
Porque no todas las familias que acuden al número 10 de la calle Santiago, de Cádiz, proceden de una situación humilde. Muchas de ellas, tenían una posición económica media. Con empleos estables, viviendas compradas a través de hipotecas, y sin haber necesitado nunca la ayuda de organizaciones sociales. La pérdida de los empleos y la imposibilidad de hacer frente a los pagos de hipotecas y recibos ha empujado a estas familias hacia la beneficencia.
“No tenemos problemas en el reparto de alimentos, ya que hay muchas personas e instituciones que nos surte. El Banco de Alimentos siempre está ahí con sus aportaciones y de esa manera no nos falta de nada para atender las cenas de más de 120 personas que diariamente pasan por el comedor. Un plato de comida nunca le falta a nadie, pero otra cosa muy distinta es ahora mismo el poder colaborar en el pago de recibos de esas familias necesitadas”.
Asegura que llevan un control muy estricto de los recursos que entregan y conocen perfectamente las necesidades de cada una de estas familias. Las que no pueden pagar hipotecas, o las que si lo pueden hacer pero no les llega para la luz o para el teléfono.
“Estamos deseando que esa subvención nos llegue cuanto antes para poder atenderles como se merecen y como solemos hacerlo nosotros”, dijo. Por otra parte, Mila Aragón hizo un llamamiento a la sociedad gaditana para que colabore con la fundación y donante mantas, “ya que este invierno está siendo particularmente frío, y viene mucha gente”.