Comparaciones que son odiosas
Cuando Aznar asumió la presidencia del PP y se propuso construir una alternativa real al régimen felipista ?aquello sí que era un régimen?...
Cuando Aznar asumió la presidencia del PP y se propuso construir una alternativa real al régimen felipista –aquello sí que era un régimen– tuvo claras dos cosas: rodearse de un equipo donde la gente brillante no estorbaba; y articular un proyecto sólido y con una firmeza inmutable al paso del tiempo y de las encuestas. Es decir, se trataba de presentar a la sociedad un partido que tenía unas ideas claras, un proyecto real y una coherencia ideológica. Todo lo contrario que Mariano Rajoy, el cual no solamente no se fue a su casa sino que se mantuvo en la poltrona de unas maneras que constituyeron una apología al espíritu bolchevique de los tiempos de Stalin, aunque, eso sí, descafeinado con el centrismo arenero. Pero parece ser que Rajoy no ha entendido que cuando un partido en la oposición quiere alcanzar una mayoría, es esencial que exista un equipo en el que crean los propios votantes; y, después un proyecto coherente y claro que permita asumir dichas ideas como las mejores para la sociedad. Ahora resulta que con el nuevo año el PP dará una vuelta más en el eterno cambio centrista y articulará un foro abierto –qué es eso– en torno a varios campos cuyos títulos no tienen nada que ver con lo que exponen. Y, además, los que exponen no tienen nada que ver con lo expuesto. Veamos. Sabemos: área económica, con Feijoó y Basagoiti. ¿Para qué Pizarro? Es que nadie duda que el gallego y el vasco son unos auténticos mesías en temas económicos. Somos: idea nacional. Su ponente, Pons, quien dijo que el PP tendría que estar donde estuviese María San Gil y no al revés, y aún no ha dimitido. Esteban, un poco de vergüenza. Pensamos: valores y principios. ¿Adivinan cuál es el ponente?, claro, Javier. ¿Quién mejor que Arenas Imedio para hablarnos de valores?, centristas se suponen. En temas sociales, sentimos, Soraya Sáenz. Normal, su procedencia de los arrabales y su lucha descarnada para llegar a donde está la hacen poseedora de una autoridad moral y política para hablar de estos temas que ni Mandela en sus mejores tiempos. Luego quedan dos áreas más que como las llevan Ana Mato y Pío Escudero no serán muy importantes. Hace no mucho Aznar dijo: “Necesitamos un gran entrenador, equipo, estrategia, pero sobre todo, si salís al partido, salid a ganarlo. En política no se está ni para empatar ni para heredar, se está para ganar. Sabiendo bien los liderazgos que se tienen. No digo que lo importante sea eliminar complejos, sino defender los principios sin complejos”. Lo malo es que Rajoy para quitarse los complejos ha tenido que quitarse antes los principios.
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