Los Lakers trituran a Dallas y acechan a los Spurs
Los Ángeles Lakers mantienen intacto el reto de alcanzar el liderato de la Conferencia Oeste tras barrer de la pista a los Dallas Mavericks.
Los Ángeles Lakers mantienen intacto el reto de alcanzar el liderato de la Conferencia Oeste tras barrer de la pista a los Dallas Mavericks (110-82) y beneficiarse de una nueva derrota de los San Antonio Spurs, esta vez a manos de los Boston Celtics.
Los angelinos sumaron su octava victoria seguida y la décima consecutiva en el Staples Center ante los tejanos, su principal perseguidor y rival por la segunda plaza en el Oeste. Kobe Bryant fue el máximo anotador del partido, con 28 puntos, mientras que Pau Gasol aportó 20 tantos y siete rebotes.
Por los Mavericks destacó Dirk Nowitzki, con 27 puntos y 13 rebotes.
El partido tuvo aroma de "play-off" desde el minuto uno. Ningún equipo tuvo tapujos a la hora de exhibir sus principales armas y ahí estaban Bryant y Gasol por un lado, y Jason Kidd y Dirk Nowitzki por el otro para dejar claro que la batalla iba muy en serio. En juego también, un mensaje directo de cara a las eliminatorias por el título.
Si el triángulo ofensivo de Phil Jackson funcionaba a las mil maravillas (Ron Artest proporcionó cinco de las primeras ocho asistencias de los Lakers), los tejanos contestaban con el poderío interior de Tyson Chandler y el desparpajo desde el banquillo de Jason Terry.
Dos mates, uno remontando la línea de fondo a cargo de Matt Barnes y el otro con firma de Bynum tras un rebote ofensivo, pusieron en ventaja a los angelinos (34-28), pero la reacción de Dallas no se hizo esperar y la entrada en cancha del puertorriqueño José Barea revolucionó el ataque visitante.
Un triple desde la esquina de Peja Stojakovic devolvió la ventaja al conjunto de Rick Carlisle (38-40), pero de nuevo los Lakers le dieron la vuelta a la situación mediante el ingenio de Odom, el acierto de Artest y la determinación de Gasol bajo aros (49-43).
Los californianos consiguieron su máxima renta (65-55) al comienzo del tercer cuarto tras un parcial de 11-4. Para entonces cuatro jugadores de su quinteto titular alcanzaban o superaban la decena de puntos. La defensa resultaba clave, al igual que la fortaleza interior de Gasol y Bynum, demoledores frente a Chandler y Nowitzki.
El alemán, herido en su orgullo, comenzó a asumir los galones en ataque, se echó el equipo a su espalda y consiguió arrancar la tercera falta de Gasol justo en el ecuador de ese periodo, pero cada acción suya encontraba respuesta en Bryant u Odom.
El regreso del español a pista fue un visto y no visto ya que le señalaron la cuarta personal tras una pérdida de balón, pero ello no afectó al rendimiento de los Lakers, que superaban la barrera de los 10 de renta (79-67) con dos tiros libres de Bynum.
Los Mavericks mostraban su versión más débil. Imprecisos en el pase (poco inspirado Kidd) y sin ideas claras en ataque -algo en lo que tuvo mucho que ver la inspirada defensa de su rival-, enfilaron el último cuarto con los brazos bajados ante los ocho puntos consecutivos (dos triples) de Odom (88-70).
La tensión entonces se apoderó de los jugadores y se produjo una enorme pelea que comenzó con un choque entre Terry y Steve Blake. A la disputa se sumaron Barnes y Haywood y todos ellos fueron expulsados por los árbitros.
A partir de ahí, y a pesar de todos los incidentes posteriores en las gradas y detrás del banquillo de los Mavericks, el duelo lo dominó Bryant ayudado por intervenciones de Shannon Brown y Artest, y los Lakers alcanzaban una ventaja de 20 puntos (102-82) con más de cinco minutos por jugar, instantes en los que regresó Gasol a cancha.
Los angelinos sumaron su octava victoria seguida y la décima consecutiva en el Staples Center ante los tejanos, su principal perseguidor y rival por la segunda plaza en el Oeste. Kobe Bryant fue el máximo anotador del partido, con 28 puntos, mientras que Pau Gasol aportó 20 tantos y siete rebotes.
Por los Mavericks destacó Dirk Nowitzki, con 27 puntos y 13 rebotes.
El partido tuvo aroma de "play-off" desde el minuto uno. Ningún equipo tuvo tapujos a la hora de exhibir sus principales armas y ahí estaban Bryant y Gasol por un lado, y Jason Kidd y Dirk Nowitzki por el otro para dejar claro que la batalla iba muy en serio. En juego también, un mensaje directo de cara a las eliminatorias por el título.
Si el triángulo ofensivo de Phil Jackson funcionaba a las mil maravillas (Ron Artest proporcionó cinco de las primeras ocho asistencias de los Lakers), los tejanos contestaban con el poderío interior de Tyson Chandler y el desparpajo desde el banquillo de Jason Terry.
Dos mates, uno remontando la línea de fondo a cargo de Matt Barnes y el otro con firma de Bynum tras un rebote ofensivo, pusieron en ventaja a los angelinos (34-28), pero la reacción de Dallas no se hizo esperar y la entrada en cancha del puertorriqueño José Barea revolucionó el ataque visitante.
Un triple desde la esquina de Peja Stojakovic devolvió la ventaja al conjunto de Rick Carlisle (38-40), pero de nuevo los Lakers le dieron la vuelta a la situación mediante el ingenio de Odom, el acierto de Artest y la determinación de Gasol bajo aros (49-43).
Los californianos consiguieron su máxima renta (65-55) al comienzo del tercer cuarto tras un parcial de 11-4. Para entonces cuatro jugadores de su quinteto titular alcanzaban o superaban la decena de puntos. La defensa resultaba clave, al igual que la fortaleza interior de Gasol y Bynum, demoledores frente a Chandler y Nowitzki.
El alemán, herido en su orgullo, comenzó a asumir los galones en ataque, se echó el equipo a su espalda y consiguió arrancar la tercera falta de Gasol justo en el ecuador de ese periodo, pero cada acción suya encontraba respuesta en Bryant u Odom.
El regreso del español a pista fue un visto y no visto ya que le señalaron la cuarta personal tras una pérdida de balón, pero ello no afectó al rendimiento de los Lakers, que superaban la barrera de los 10 de renta (79-67) con dos tiros libres de Bynum.
Los Mavericks mostraban su versión más débil. Imprecisos en el pase (poco inspirado Kidd) y sin ideas claras en ataque -algo en lo que tuvo mucho que ver la inspirada defensa de su rival-, enfilaron el último cuarto con los brazos bajados ante los ocho puntos consecutivos (dos triples) de Odom (88-70).
La tensión entonces se apoderó de los jugadores y se produjo una enorme pelea que comenzó con un choque entre Terry y Steve Blake. A la disputa se sumaron Barnes y Haywood y todos ellos fueron expulsados por los árbitros.
A partir de ahí, y a pesar de todos los incidentes posteriores en las gradas y detrás del banquillo de los Mavericks, el duelo lo dominó Bryant ayudado por intervenciones de Shannon Brown y Artest, y los Lakers alcanzaban una ventaja de 20 puntos (102-82) con más de cinco minutos por jugar, instantes en los que regresó Gasol a cancha.
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