La humanidad ya no está presente en la Tierra. Un mundo donde los rascacielos y las metrópolis han sido devorados por la naturaleza, y los océanos, libres de nuestra intervención, se convierten en el escenario principal de la evolución.
Suena como el argumento de una novela de ciencia ficción, pero esta es una teoría que comienza a cobrar peso. Tim Coulson, un destacado profesor de la Universidad de Oxford, ha identificado a un animal que podría tomar el relevo como la especie dominante en un mundo post-humano. Y no es un mamífero, ni un ave, ni siquiera un insecto: Es el pulpo. Y no ese pulpo Paul que nos dio el mundial.
Sí, has leído bien. El pulpo, ese maestro del camuflaje, genio problemático de los océanos y enigma biológico, podría ser el sucesor natural de nuestra especie. Esta idea, tan fascinante como inquietante, está respaldada por una serie de características únicas que colocan a este molusco marino como un contendiente digno para liderar el futuro de la vida en la Tierra.
En un escenario donde la humanidad desaparece –ya sea por causas ambientales, autoinfligidas o por un evento cósmico–, los pulpos podrían tener todas las cartas para prosperar.
La pregunta que surge es: ¿qué hace al pulpo tan especial? Para empezar, su inteligencia es tan notable que algunos expertos la comparan con la de ciertos mamíferos. Estos invertebrados son capaces de resolver rompecabezas, escapar de laberintos y hasta manipular herramientas, demostrando habilidades que tradicionalmente hemos asociado con especies altamente evolucionadas. Pero su genialidad no se detiene ahí. El pulpo tiene un sistema nervioso descentralizado que le permite controlar sus tentáculos de manera independiente, lo que les otorga una versatilidad que podría ser clave en un entorno cambiante.
Además, su capacidad de adaptación es asombrosa. Los pulpos han colonizado prácticamente todos los océanos del planeta, desde los arrecifes tropicales hasta las profundidades abisales. Esta plasticidad para sobrevivir en condiciones extremas los convierte en candidatos ideales para enfrentar los desafíos de un mundo post-apocalíptico. Y, por si fuera poco, su genoma es único en el reino animal, lleno de genes "saltarines" que podrían permitirles evolucionar más rápidamente que otras especies.
Pero la teoría de Coulson no se limita a enumerar las virtudes de estos invertebrados. También plantea un futuro especulativo que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el planeta y las otras formas de vida que lo habitan. En este hipotético escenario, los pulpos no construirían ciudades ni desarrollarían tecnología como nosotros, pero podrían encontrar formas de evolucionar que hoy parecen inimaginables. Su inteligencia, combinada con su adaptabilidad, podría llevarlos a explorar nichos ecológicos que hemos dejado vacíos, convirtiéndose en los nuevos protagonistas de la historia evolutiva.
El profesor Coulson nos recuerda que la evolución es un proceso dinámico e impredecible. La extinción de una especie dominante no es un evento sin precedentes; de hecho, es una constante en la historia de la vida en la Tierra. Si alguna vez desaparecemos, el pulpo podría ser uno de los muchos candidatos en la carrera evolutiva para ocupar el trono vacío.
Este fascinante planteamiento no solo nos invita a reconsiderar la inteligencia de las criaturas que comparten el planeta con nosotros, sino también a reflexionar sobre nuestra propia existencia.
