Rosa Torres destacó que con estas actuaciones “tratamos de recuperar unos bienes que, aunque tienen como fin el culto religioso, forman parte también de nuestra herencia colectiva, de nuestro patrimonio común”. La consejera de Cultura calificó de “preocupante” la situación de las techumbres del templo lojeño, lo condujo a encargar al arquitecto Pedro Salmerón la redacción de un proyecto de restauración de sirviera de base a las distintas actuaciones a acometer. “Gracias al acuerdo que acabamos de firmar, se procederá de inmediato a la rehabilitación de estas maltrechas cubiertas y podremos evitar daños mayores”, afirmó.
La otra parte implicada en el acuerdo económico, el Arzobispado de Granada, en la persona de su titular el arzobispo Francisco Javier Martínez, hizo un llamamiento “a la colaboración de los feligreses lojeños en la medida de sus posibilidades” para la parte de la financiación que le corresponde a la iglesia y anunció que -en la medida de lo posible- las obras no interferirán en el culto religioso.
Tras la firma, el alcalde de Loja, Miguel Castellano, manifestó que “estamos ante una actuación prioritaria para la recuperación de nuestro patrimonio y, sobre todo, para devolverle a la ciudad la belleza original de esta iglesia”.
Uno de los templos más importantes
San Gabriel de Loja es, según los expertos, uno de los más importantes templos de la comarca. Declarado Monumento en 1931 y construido en el siglo XVI, sus trazas son atribuidas al arquitecto Diego de Siloé, y constituye uno de los exponentes más originales del Renacimiento granadino. El conjunto se ajusta a los patrones de la arquitectura clásica. Tiene una sola nave con capillas laterales, altar mayor rectangular y cúpula central, y su elemento más significativo es la torre de tres cuerpos situada a los pies del edificio.
Esta iglesia ha sido objeto de diversas restauraciones anteriores, entre las que destaca una intervención de emergencia realizada en 1995 sobre las portadas. Actualmente, la principal patología que presenta el inmueble se localiza en las cubiertas, cuyo pésimo estado de conservación provoca otros males añadidos, como la humedad que se filtra en el interior del templo y que deteriora también la piedra del exterior. La Iglesia de San Gabriel de Loja se incorpora así a la lista de los bienes culturales pertenecientes a la Iglesia que han podido ser recuperados gracias a los fondos autonómicos.