El Barcelona estuvo muchos minutos contra las cuerdas, más que por su juego por el resultado, ya que el Levante se adelantó en el marcador y le puso el partido muy cuesta arriba durante los minutos en los que los puntos que separaban al equipo catalán del líder Real Madrid se convirtieron en una distancia casi insalvable.
Al final, el Barcelona sufrió, pero recondujo la clasificación al lugar en el que estaba antes de empezar el partido y el Levante cayó en un choque bien planteado en el que ofreció lo mejor que tiene como equipo en esta campaña.
El encuentro respondió desde el principio a lo esperado. El balón fue para el Barcelona ante un Levante ordenado en defensa y que cedía mucho espacio al rival.
Así, el equipo catalán tuvo el balón, pero no encontró resquicios para aproximarse con peligro a la meta de Munúa. Había demasiados obstáculos en el camino.
Enfrente, el Levante, a lo de siempre. Balones largos a Koné y segundas jugadas para Barkero y Valdo: el mismo planteamiento que, desde el mes de agosto, tiene al equipo en el grupo de cabeza de la Liga.
Los tres defensas con los que salió el Barcelona tuvieron que trabajar a fondo para neutralizar los contragolpes del Levante, un equipo que no se prodigaba mucho, pero que creaba problemas cuando lo hacía.
Pese a que el argumento del partido no dejaba lugar para la duda, el marcador se abrió en una jugada que se salió de guión. Unas manos de Busquets en el área a la salida de un córner fueron castigadas con penalti mediado el primer tiempo. Los barcelonistas lo protestaron mucho y Barkero lo convirtió con maestría en el 1-0.
Nada cambió a partir de entonces. El 0-0 no era un mal resultado para los locales, el 1-0 era espectacular. Por ello, el Levante siguió igual y al Barcelona no le quedó otra que insistir en su fútbol y tener paciencia para poder empatar en el encuentro. Antes del descanso no tuvo ninguna opción clara para conseguirlo.
Tras el descanso no salió Xavi y entró Cuenca para jugar por la derecha, por lo que Alexis pasó al centro y Fábregas bajó un poco para dirigir al equipo. Poco después fue necesario recurrir a Iniesta, que entró por Pedro.
El partido seguía por los mismos derroteros: control territorial absoluto del Barcelona, aunque con un poco más de profundidad como consecuencia las acciones en banda de Cuenca, y contragolpes escasos pero incisivos del Levante.
Todo ello sin apenas ocasiones de gol, al menos hasta el minuto 60, cuando Munúa hizo su primera parada de importancia en un remate de Adriano.
El dominio del Barcelona iba en aumento y fruto de su calidad llegó el empate en la mejor acción ofensiva del equipo catalán hasta ese momento que fue resuelta por Messi.
Poco después, una acción de Botelho sobre Cuenca supuso el segundo penalti del partido, muy protestado por los levantinistas. Messi no perdonó y puso a su equipo por delante en el marcador.
Con el 1-2 en el marcador, el Levante debió buscar la meta rival más de lo que le gusta hacerlo, lo que provocó que el Barcelona se encontrara con los espacios que no había tenido hasta entonces: era otro partido.
El Levante llevó la iniciativa, pero apenas inquietó a Valdés a pesar de que se volcó sobre su portería en los últimos minutos del encuentro.