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Miércoles 18/12/2024
 

Andalucía

Marolles, ¿la auténtica Bruselas?

En el siglo XIX era un barrio industrial y obrero en el que se asentaron trabajadores que venían de todos los rincones de Europa

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  • Mercado Moralles -

Estoy seguro de que si usted ha estado en Bruselas, y aunque sea desde la lejanía, ha visto el Palacio de Justicia. Es un edificio de estilo neoclásico y planta cuadrada, soberbio, enorme y de dimensiones casi gigantescas. De hecho, es uno de los edificios europeos más notables del siglo XIX. Su financiación provino casi íntegramente de los ingresos que llegaban a la corona belga desde la antigua colonia africana del Congo y su autor, el arquitecto Joseph Poelart, es quien hoy da nombre a la plaza que sirve de referencia para ubicar este edificio. No muy lejos del lugar que le estoy mencionando, hay un moderno ascensor acristalado que vence el desnivel que hay entre la colina donde está el palacio de justicia y el barrio de Marolles-Marollen. Para mí y para muchos otros, Marolles en francés, Marollen en flamenco, es el barrio más auténtico de Bruselas al que recomiendo dedicar una mañana de callejeo, “shopping”, cerveza y almuerzo. Se lo pasará muy bien explorando las entrañas de la Bruselas más genuina, ya lo verá.

Marolles era en el XIX un barrio industrial y obrero en el que se asentaron trabajadores que venían de todos los rincones de Europa atraídos por los puestos de trabajo en la industria de Bruselas. Marollen se convirtió, ya por aquel entonces, en un barrio muy europeo. En cierta forma, Marolles adoptó de forma embionaria esa pasión y esa vocación tan europeísta que ha llevado a Bruselas a ser la capital de todos los europeos. Portugueses, españoles, polacos, italianos y hasta judíos de toda la diáspora europea encontraron en Marollen un sitio para vivir con sus familias.

Hoy Les Marolles, puede considerarse como el corazón bohemio de la ciudad, un enclave pintoresco que ha sabido conservar su propia atmósfera y estructura urbana. Un lugar donde encontrar un ambiente típico donde aún se habla el “bruselense”, una especie de dialecto o “patois” que mezcla francés, neerlandés y algo de español que sólo unos pocos hablan y entienden y que tiene su propio vocabulario. ¿Qué esperará la Unesco para declararlo bien de la humanidad?


Jeu de Balle-Vossenplein

La plaza del Jeu de Balle-Vossenplein es el corazón de Marollen y en ella se celebra desde hace casi cien años, ininterrumpidamente, un mercadillo que abre todos los días del año. Quizás es uno de los únicos en toda Europa en hacerlo y en el que Ud puede encontrar cómics antiguos, lencería, vajillas enteras, cuadros, ropa o cualquier objeto de segunda mano susceptible de venderse.

La calle Haute cruza esta plaza, es la auténtica arteria del barrio y va desde la puerta de Hal hasta el Sablon, un barrio chic, de corte casi noble que debe que debe su nombre a lo arenoso de la superficie en la que se yergue. En el Sablon se encuentran los mejores anticuarios, maestros chocolateros y algunos de los mejores restaurantes de la ciudad.

Una de las rutas que le puedo sugerir es hacer una ida y vuelta desde Vossenplein al Sablon siguiendo los murales de los típicos cómics belgas que adornan las paredes de muchos edificios, otro activo cultural al que la Unesco también debería prestar atención. Si usted es un fan de Tintín -como yo- llegará a la conclusión de que la escena en que Tintín compra una de las tres maquetas de barco al inicio de El Secreto del Unicornio, se desarrolla en el mercado de Marolles-Marollen. No me he encontrado nunca con mi héroe ni tampoco a su inseparable Milú, pero junto a la misma plaza Vossenplein, Citroen tiene una publicidad sobre su presencia en Bélgica inspirada en las portadas de Hergé.

Dentro de Les Marolles vale la pena callejear alrededor del mercado y ver tanto el Palacio del Vino -un antiguo mercado en estilo modernista construído en 1909 y que luce en su fachada los escudos de armas de las ciudades del mundo más emblemáticas en cuanto a producción de vino se refiere y que hoy, es un vivero de empresas-, como los Baños de Bruselas.

Antes de abandonar Marollen, una acertada sugerencia sería tomarse una excelente cerveza belga en la plaza del mercado. Dos ideas para ello: por un lado la taverna De Skieven Arkitekt que distinguirá por su fachada cubierta de enredaderas y que otrora fueran los cuarteles de los bomberos, por otro, Le Mouton Bleu-In Den Blauwen Lemmen, especialistas en Stella Artois. No puede irse de Bruselas sin visitar Marolles. 


topconsulting@topconsulting.es

 

Sugerencia:

Sablon y sus anticuarios, chocolateros y restaurantes

El Sablon es un barrio chic de corte casi noble  que debe que debe su nombre a lo arenoso de la superficie en la que se yergue y donde están los mejores anticuarios, maestros chocolateros y algunos de los mejores restaurantes de la ciudad.

 

Para no perderse:

Tomar una excelente cerveza en la plaza del mercado

Antes de abandonar Marollen, una acertada sugerencia sería tomarse una excelente cerveza belga en la plaza del mercado, o en la taverna De Skieven Arkitekt -cubierta de enredaderas- o en  Le Mouton Bleu-In Den Blauwen Lemmen.

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