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El Cristo de José de Arce rompió la tendencia del barroco andaluz

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  • Tras su restauración, el crucificado ocupa lugar destacado en la Catedral. -
El crucificado del monasterio de la Cartuja preside ya la Santa Iglesia Catedral, después de que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, a través del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), haya llevado a cabo su restauración. Los trabajos han puesto de manifiesto que se trata de una de las obras de escultura más importantes del arte andaluz. Fue tallada por José de Arce (Flandes 1603- Sevilla 1666), el mismo autor del Santo Crucifijo de la Salud.

Las obras de este escultor fueron debidamente ponderadas a raiz del importante hallazgo documental realizado por el equipo técnico del IAPH en 1996 en el marco del proyecto de intervención en la imagen de Jesús de las Penas, de la sevillana Hermandad de la Estrella. 

El crucificado que preside ahora la Catedral está realizado en madera de cedrela, fue tallado entre 1637 y 1640 y concebido para ser ubicada en el ático del retablo mayor de la iglesia conventual de la Cartuja. Esta circunstancia define algunas de las características técnicas de la obra. Al estar adosadas, la zona posterior raramente sería visible con lo que no se terminaban, quedando abocetadas en muchas ocasiones. En el caso que nos ocupa, el modelado de los volúmenes queda terminado siendo la policromía la que permanece inconclusa. La talla se resuelve a grandes rasgos, sin entrar en pormenores, creando un contrastado efecto de claro-oscuro. 

A juicio del IAPH, el crucificado es el triunfo de la libertad creativa, y se ha de valorar como una transgresión artística que rompe con los modelos estéticos dominantes en Sevilla en el primer tercio del siglo XVII. 

José de Arce trae a Andalucía las huellas del mejor barroco europeo, aportando las claves artísticas de Rubens, Bernini y Duquesnoy, basando su estética en actitudes arrogantes y discursivas con un claro movimiento heliocoidal y gran monumentalidad, consiguiendo en el crucificado un dinamismo expresivo que aumente la relación entre el fiel y la propia imagen sagrada. 

En la obra restaurada, el escultor flamenco altera las fórmulas montañesinas aportando elementos de notable innovación estética: más matices visuales, escenografía y monumentalidad. El conjunto, según el propio IAPH, es una obra maestra de grandes consecuencias estéticas. 

El proyecto de conservación ha supuesto un considerable esfuerzo metodológico y científico para el equipo técnico del Centro de Intervención en el Patrimonio Histórico del IAPH. Hay que tener en cuenta que la imagen se encontraba en delicado estado de conservación cuando llegó a manos de la Junta, en 2004. 

En primer lugar fue necesario concluir el proyecto de restauración de otra de las imágenes de Arce para el citado retablo, con el objeto de conocer en profundidad la técnica y características de la obra del escultor. A continuación se realizó un importante trabajo de investigación y, se llevaron a cabo amplios estudios previos: estudio radiológico, examen de la obra con iluminación ultravioleta, estudio de la superficie policroma con lupa binocular y estudio de correspondencia de capas polícromas. Además se hicieron los estudios de caracterización de materiales constitutivos de la obra. 

La imagen presentaba algunas fisuras en la madera con sentido longitudinal en la zona del tórax, ocasionadas por los movimientos de dilatación y contracción de la madera. Por otro lado sobre la superficie polícroma se habían ido depositando polvo y humo que junto con la aplicación de barnices, actualmente alterados, ocultaban el cromatismo y textura original. Por último, se observaron numerosas lagunas del estrato polícromo en la zona del sudario y la cabellera. 

Sólo tras la realización de los estudios previos y conocida la historia material de la obra, se formuló el proyecto de conservación que definió una intervención encaminada a consolidar los diferentes materiales que la forman y eliminar concienzudamente las sustancias depositadas sobre la policromía, fortuita o intencionadamente con el fin de devolver a ésta su esplendor cromático. 

La restauración de la obra permite volver a contemplar el crucificado de José de Arce en toda su monumental dimensión y grandeza y, en esta ocasión, de forma próxima al espectador. De este modo es posible apreciar perfectamente las constantes estilísticas de esta obra de arte recuperada para el patrimonio histórico de Andalucía y el disfrute de los andaluces y andaluzas.

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