La Madrugá gaditana comenzó este año a las once y media de la noche. Es raro, pero es así, ya que fue a esa hora cuando la Cruz de Guía de la Cofradía del Descendimiento se plantó en el dintel de San Lorenzo, saliendo poco después uno de los mejores misterios gaditanos. Un verdadero retablo recorría las calles en una madrugada sin viento pero fría.
Y a las tres de la madrugada llegó la hora, la cita con el Perdón. El Cristo que tallara Ortega Bru comenzaba su camino por el Campo del Sur. Detrás, la Virgen de Rosario en un paso de palio que no se queda corto quien lo cataloga como una joya.