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Reyes, repúblicas y otras provisionalidades

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El sol en la cara del amante endemoniado. La noche oscura del alma atormentada. La soledad infame de un pordiosero de cariño. El inmenso infortunio de un amor que no verá la luz del día. Vamos camino de ninguna parte, y ninguna parte es el 26 de junio. Sánchez cede la iniciativa a Rajoy, si gusta. Rivera, es hoy más de centro que ayer al intentar, aunque sea de modo infructuoso, un pacto con el PSOE. Iglesias, infantilismo izquierdista en estado puro, se lamenta de la oportunidad perdida. La legislatura huera de las Cortes de España en que nos consumimos, insulsa y cadavérica, destila en su corta existencia profusión de escenas sin sofá y discursos divergentes. Lo peor que nos podía pasar en esta tesitura. Demasiada palabrería banal mientras el plazo para conformar gobierno, inexorablemente, se agota. Rajoy ya no aparenta ser presidente ni de su comunidad de vecinos, Sánchez practica el tancredismo a través de soliloquios planos, Iglesias y Rivera se acusan de oportunismo, y el monarca Felipe asiste, hierático/mayestático, a las últimas revelaciones sobre la ‘pasta’ que manejaba la familia real en Panamá y Palma, horas después de que su consorte, Letizia, se solidarizase en privado con su ‘compi-yogui’ López Madrid, yerno de Villar Mir, adalid del pijismo financiero madrileño, uno de tantos anónimos despilfarradores que tuvo Caja Madrid con las tarjetas black, que luego repusimos de nuestro bolsillo los españolitos de a pie al ser rescatada Bankia.


En la semana del ‘14 de Abril’ conviniera recordar que ninguna regeneración de este carcomido régimen democrático de 1.978 podrá completarse sin que la ciudadanía se pronuncie en plebiscito sobre la figura constitucional que deba ostentar la jefatura del Estado. La última vez que los españoles se decantaron, sin saberlo, fue hace la friolera de 85 años. Desde entonces, al respecto, la única consulta formulada, la del establishment con su propia almohada. No hubo forma de que el poder se aviniera a oír al pueblo soberano. Pareciera que en este país los referendos fuesen armas que carga el diablo. Toda la vida temiendo más que a una vara verde un plebiscito en Catalunya o Euskadi y el cíclico ‘cara o cruz’ de la sociedad española a los Borbones. Ya está bien de miedos. La República también podría representar la sana convivencia de este pueblo, sin necesidad de organizar en pos de su re-instauración un ‘2 de mayo’. ¿Monarquía o República? Tan legítima, o ilegítima, la una como la otra. Entre Andújar y Lopera conmemoran estos días el 80 aniversario de la llegada de las Brigadas Internacionales, pero, solo a unos cuantos kilómetros, sierra adentro, el Santuario, que sigue sin rendirse, continúa parcialmente ‘secuestrado’ por los vencedores de la contienda incivil. Esa es la única verdad, aunque hayamos aprendido civilizadamente a mirar hacia otro lado. La convivencia no puede cimentarse sobre silencios cómplices a propósito de corruptelas encubiertas y consentidas. No desesperemos. La regeneración todavía es posible.


Jaén, la 2ª B en que habitamos. Un equipo de fútbol de 2ª B por cuyos harapos dirimen, hasta rivalizan, Rafael Teruel y Juan Manuel Hitos en tribunales, ante la cautelosa mirada del Ayuntamiento, experto en trapisondas financieras, abocado a gestionar finalmente la ruina del RJ. Alcalde de 2ª B, como así se reconoce en público el propio Javier Márquez. Obispo de 2ª B, a la postre, procedente de Plasencia, extremeño de nacimiento, septuagenario, Amadeo Rodríguez Magro, en sustitución del titular de la diócesis jienense, Ramón del Hoyo, experto ya como Rajoy en el arte de la provisionalidad, en funciones. La 2ª B es también el tiempo en espera del palacio consistorial de la plaza de Santa María, con el fantasma de Fernández de Moya pululando por las estancias, y sus lugartenientes con mando en plaza, mientras el bueno de Cuqui mantiene su agenda de alcalde vacía casi todas las tardes. La marcha definitiva de José Enrique a Madrid le liberará de ataduras hasta promoverse realmente hacia el liderazgo o, de mantenerse la tutela sine die, habrá que ir haciendo quinielas sobre el candidato popular en 2019. Lo transitorio mal encarado con lo permanente. Como el futuro de Paco Reyes en el revuelto gallinero federal socialista. ‘El Mundo’, el otro día, lo situaba como previsible relevo de Susana Díaz, caso de salto de esta a la Villa y Corte, al frente del PSOE andaluz. En cambio, otros observadores menos interesados le colocan como vicepresidente del primer gobierno post-susanista de la Junta, con un ‘provisional’, en todo caso, presidiendo el ejecutivo. ¿Pero quién convence a Reyes para ambicionar algo distinto a lo que actualmente psoe-posee?

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