Desde que el pasado mes de octubre la publicación Best in Travel 2018 de Lonely Planet, que puede ser llamada, sin miedo a error, el más fiel ranking de los mejores destinos para viajar, eligiera Sevilla como la mejor ciudad del mundo para visitar en 2018, los números que arrojan las estadísticas de visitantes han continuado subiendo a un mayor y mejor ritmo.
Por dejar unas pinceladas, el último informe de ocupación hotelera de la provincia de Sevilla, publicado por la Unidad de Análisis y Prospección de la Diputación de Sevilla con datos de la Encuesta de Ocupación Hotelera del Instituto Nacional de Estadística, señala que la ocupación aumentó en octubre un 4,59% respecto al ejercicio anterior. A este dato es preciso añadirle, ya que no todo visitante se aloja en un hotel, que los propietarios de casas de alquiler para vacaciones han reconocido un incremento notable en la demanda. Los forasteros que más nos visitan son los no residentes en España y este perfil de visitante registra un 22,47% más de reservas de alojamiento frente a los datos obtenidos en 2016. Todo ello lleva a pensar que el futuro año 2018 con el acicate de Murillo, puede ser muy prometedor.
Igualmente, se ha roto un punto negro de la ciudad: la estacionalidad, que abarcaba desde abril a septiembre. Este octubre ha sido uno de los mejores meses en su serie histórica. Por apuntar unos datos más, visitaron y pernoctaron en la capital hispalense un 1,5% más de viajeros, de los que un 16% corresponden a turistas residentes en el extranjero.
Volviendo al principio y según los expertos de Lonely Planet, en la elección de Sevilla como ciudad más interesante para visitar en 2018 se han tenido especialmente en cuenta la gran riqueza histórica y artística de la ciudad, su revitalización en los últimos años y la celebración del Año Murillo el año que viene. Aunque no creo que debamos centrar todos los esfuerzos en la celebración de la efeméride del pintor. Creo muy sinceramente que hay que seguir haciendo esfuerzos en el turismo de negocios (congresos internacionales, fundamentalmente) y en las nuevas tendencias de los viajeros.
Así de bueno parece que se presenta el panorama turístico para el próximo año. Sólo falta que determinados sectores productivos y de servicios de la ciudad (usted sabe igual de bien a quiénes me refiero) no intenten aprovechar esta época de vacas gordas, porque como nos ha pasado en otras ocasiones, la vaca se convierte en gallina de los huevos de oro, que turbia mentes. Y de huevos de oro sólo hay una. No la matemos.