Sin embargo, este aumento sensible en el volumen de afluencia de público no afectó al operativo organizado por el Ayuntamiento para conseguir que las playas recuperasen cuanto antes su buen estado. Tal dispositivo arrancó a las 06.00 horas, habiéndose completado el grueso del trabajo en torno a las 10.15. “A esa hora ya todos los desperdicios se encontraban depositados en sus bolsas y dos horas más tarde éstas estaban subidas a los camiones”, indicó el concejal de Comunicación, Juan José Ortiz, quien aseguró ayer que “el gobierno local está muy satisfecho por cómo ha trascurrido todo, sin incidentes destacables y con un operativo que ha funcionado muy bien, conforme a lo que se esperaba”.
Del mismo modo, Ortiz agradeció a los que participaron en las barbacoas su colaboración, por la actitud “cívica” que han demostrado y “por haber respetado todas las restricciones”. En este sentido hay que recordar que este año el espacio acotado para la realización de las barbacoas volvió a reducirse, pasando de los 6 módulos de 2008 a los 5 módulos de 2009.
Pese a ello siempre hay algún rezagado y, aunque la playa debía estar desalojada a las 06.00 horas, no se quedó totalmente desierta hasta una hora más tarde, gracias al trabajo de la Policía Local.
En cuanto al capítulo de incidencias, Ortiz informó que durante la noche del sábado se atendieron a 144 personas en los botiquines, si bien se trató de asistencias de índole menor, motivadas principalmente por cortes o problemas puntuales de intoxicación etílica. De las 144 que precisaron asistencia, 13 tuvieron que ser trasladadas al Hospital Universitario Puerta del Mar, entre ellas había un autolesionado. Más novedoso fue el balance en cuanto a desperfectos. Según Juan José Ortiz este año no se han producido destrozos de ningún tipo, por lo que las pailas y duchas lucen en todo su esplendor donde siempre.
Estudio de la arena
Por otro lado, el concejal del equipo de Gobierno local renunció a realizar ninguna valoración acerca del perfil generacional de las personas que participaron en mayor medida en la velada. Sobre este punto, se limitó a señalar que “nuestro único objetivo es dejar libre y expedita la playa a primera hora de la mañana del día siguiente y conservar sus niveles de calidad”.
En este sentido, explicó que, un verano más, el Ayuntamiento ha llevado a cabo los pertinentes análisis de la arena, antes y después de la celebración, para comprobar si se ha producido algún tipo de contaminación en el entorno, como consecuencia de las barbacoas. Como en ediciones anteriores estas pruebas se repetirán en los próximos días y ya a finales de septiembre o a principios de octubre el Consistorio se reunirá con la Demarcación de Costas, que también hace sus muestreos, para comparar resultados y sacar conclusiones con el objetivo de mantener la calidad de la arena.
Más de 500 personas trabajaron en la celebración
El concejal de Comunicación, Juan José Ortiz, aprovechó para hacer un balance de los recursos desplegados durante la noche de las barbacoas. En este sentido, precisó que se había contado con la presencia de 75 policías locales repartidos en turnos desde primeras horas de la tarde hasta la mañana del día siguiente. A estos hay que añadir los 22 voluntarios de Protección Civil más dos coordinadores, 28 sanitarios, cinco ambulancias, 15 guardias civiles, 30 policías nacionales y 36 vigilantes de seguridad. En lo que respecta a limpieza, fueron 200 los operarios que peinaron las playas de basura, ayudados por 10 tractores y remolques de apoyo. Mientras, los residuos depositados a lo largo del Paseo Marítimos y calles aledañas eran recogidos por otras 98 personas.
En total 514 personas participaron en la celebración, aunque sin disfrutar de ella, la pregunta es si genera riqueza o si por lo contrario cuesta el dinero.
