Bofetones europeos

Publicado: 17/05/2018
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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¿Mala técnica jurídica o leyenda negra?
Si la culpa es del  juez instructor español –que es ni más ni menos del Tribunal Supremo- o de los fiscales y jueces europeos se irá aclarando en pocos días,  pero el caso es que se acaba de producir el segundo bofetón de instancias judiciales europeas a lo instruido en España en relación con los independentistas huidos a diferentes países europeos. 

El primer revés se dio por los fiscales del Estado federado  alemán de nombre tan difícil como Schleswig-Holstein. Allí el tribunal alemán dictó que la euroorden enviada por el magistrado Llerena "no contiene una descripción suficiente de las circunstancias en las que se produjo el delito con la necesaria concreción de la acusación que permita asociarlo de manera suficiente a los hechos que se le imputan".

Ahora la fiscalía de Bruselas detecta errores formales. Primero está  el error  en  la fecha de petición que figura en la euroordenque es 21/11/18 cuando se emitió el 21/03/18. Una fecha que aún no ha llegado en el calendario. 

El segundo es un error de mayor calado.  Una orden de detención europea sólo puede dictarse tras la previa de una orden de detención nacional y ahora descubren que la segunda euroorden del juez Llarena no se corresponde con los hechos ni con los delitos enunciados en la orden de detención nacional cursada en su día  por la jueza de la Audiencia Nacional  Lamela.

A buena hora  se recuerda lo que el  Tribunal de Justicia Europeo estableció sobre un camionero que circulaba  a más velocidad de la permitida.  Bob-Dogi atropelló con su camión e hirió gravemente a un motorista en una carretera de Hungría.

Los tribunales de aquel país emitieron una euroorden de detención, que fue ejecutada por la policía rumana en Cluj. Pero el Tribunal Superior de Cluj se negó  a entregarlo por el defecto de forma de que no hubiera una orden de detención previa en Hungría.

Éste es el fondo del caso.  Los abogados de Carles Puigdemont –y los demás - harán valer también este precedente de  Bob-Dogi y  quizá se puedan aplicar a Puigdemont, que está en Berlín y a la consejera que está en Escocia o a la  dirigente republicana que está en Suiza.

¿Mala técnica jurídica o leyenda negra? ¿Falta de diligencia o conspiración?  En cualquier caso, si vuelven a España serían detenidos por la orden de Lamela.

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