El Puerto Real C.F. del tándem que integran los técnicos Manolo Colón y Simón logró el pasaporte directo para la División de Honor después de derrotar en la prórroga de la final del playoff al Balón de Cádiz por 2-1. El gol de la victoria lo consiguió el exarcense Dieguito, quien estuvo en el Arcos a las órdenes de Pepe Bermúdez en la temporada 2015-16.
Al contrario de lo que ocurriera en la primera semifinal del playoff frente al Ubrique U.D., el conjunto blanquiverde comenzó ganando el encuentro con gol de José Mari en el minuto 27 a pase de Antonio Alba, después de contener a duras penas la salida en tromba de los balonistas, que pusieron cerco a la portería de un gran Rafa, que ya en el minuto cuatro atajaba un cabezazo de Medina al rechace apurado del propio guardameta a disparo desde la frontal. El filial amarillo aprovechaba su frescura física y su mayor juventud imprimiendo a la contienda toda la velocidad posible, conocedor de que el empate no le valía para ascender y quería poner tierra de por medio cuanto antes para que los portorrealeños no pudieran hacer su juego.
En el minuto diez, otra llegada del Balón por la banda derecha a cargo de Jesús Torres casi acaba en gol. A la salida del córner, el capitán amarillo Kiko peinó con intención en el primer palo marchándose la pelota muy cerca de la escuadra izquierda de la meta de Rafa. Eran momentos en los que el fútbol alegre de ataque del segundo filial cadista parecía que iba a doblegar a un Puerto Real engañoso, remolón y que apenas creaba ocasiones de gol, pero que supo esperar su momento -lo mismo que hizo en la semifinal- para encontrar la solución a los problemas.
Sin duda, la fortaleza en la medular de los de Colón, con el doble pivote formado por Loiti y Ocaña, fue una de sus mejores armas para ir amansando y atemperando a los de Juanma Cruz tras su furibunda salida al campo, además de la gran experiencia y veteranía en todas las líneas del equipo, sin olvidarnos del acierto de Colón desde el banquillo sabiendo dosificar sabiamente el esfuerzo de sus futbolistas y guardándose algún que otro as en la manga, como contar en el campo en los momentos decisivos con un descomunal Dieguito, autor de la jugada decisiva del partido en el minuto cinco de la segunda parte de la prórroga, que se metió hasta la cocina por la banda derecha alojando el balón al fondo de la portería de Antonio Miguel poniendo el definitivo 2-1 en el marcador para dar el ascenso a su equipo.
El Puerto Real ofreció una imagen de equipo experimentado en todas las zonas del campo, destacando su columna vertebral integrada por su portero, el eje de la zaga, donde también lució Lupo, la dupla Loiti-Ocaña y sus bazas ofensivas, donde brilló por encima del resto el goleador José Mari, uno de los artífices del éxito de su equipo al marcar en los dos partidos de los playoffs, muy bien arropado por un jugador de larga trayectoria futbolística como el roteño Álex Expósito.
El Balón de Cádiz lo intentó tratando de sorprender y superar por velocidad y derroche de energías al Puerto Real, pero se encontró con una escuadra avezada y experta que fue tejiendo su tela de araña para ir minando lentamente el empuje de las jóvenes promesas amarillas, empleando un fútbol pétreo e incómodo para su rival que no dio tregua en ningún instante a los amarillos y demostrando que su liderazgo en la liga no era ni ficticio ni casual, sino fruto de un gran proyecto.