Con motivo del día Internacional de Turismo, la Delegación Municipal de Turismo del Ayuntamiento de Barbate ha celebrado un acto donde se ha premiado a la Asociación de Mujeres Rederas de Barbate en reconocimiento a su labor y difusión de la cultura marinera y barbateña, tanto en el municipio como en el exterior. El acto, ha estado presidido por el alcalde de Barbate, Miguel Molina, acompañado de la delegada municipal de Turismo, Sheyla Reyes, y la presidenta de la Asociación de Mujeres Rederas de Barbate, Manoli Vélez.
AMUREBAR nace del empeño de un grupo de mujeres barbateñas, de seguir persistiendo para que no se pierda uno de los oficios más ancestrales de Barbate, un trabajo artesanal siempre vinculado al hombre. Las mujeres de AMUREBAR se han empoderado y han tomado el mando del fascinante mundo de la reparación y cuidado de las artes pesqueras.
La delegada municipal de Turismo, Shaila Reyes, ha afirmado que “como mujer barbateña y de raíces marineras, es un orgullo y un honor que hayáis creado esta Asociación y que mantengáis vivo el oficio de rederas, porque sin redes no hay pesca y sin pesca no encontramos el fundamento de Barbate. También quiero agradecer que hayáis roto la desigualdad en este oficio, que siempre ha sido vinculado al hombre.”
“Todo ello supone una magnífica promoción, tanto en nuestro pueblo como en el exterior, en el que lográis mostrar la cultura y lo tradicional de Barbate con la integración y la igualdad de la mujer barbateña en el ámbito laboral”, finalizaba la edil de Turismo.
Para el alcalde de Barbate, Miguel Molina, “ es muy importante la labor que hacéis, AMUREBAR ha sabido ver una carencia que existía, porque no había mujeres que arreglasen las redes y era una profesión que se estaba perdiendo y que vosotras, con buen criterio, habéis formado esta asociación, que es la primera asociación de Andalucía de mujeres rederas, y es un valor importantísimo”, señalaba el regidor barbateño, al tiempo que agradecía la contribución de AMUREBAR a la cultura, el empleo y al turismo de Barbate “como reclamo de nuestra forma de vivir”.
