Los turistas que visitan Cádiz entre los meses de noviembre, diciembre y enero representan únicamente el 20% del total de los registrados en agosto. “La estacionalidad es el principal problema que tiene un sector, alejado de la amenaza de turisficación”, advierte el presidente del Colegio de Economistas de Cádiz, Javier Cabeza de Vaca, pero con un empleo temporal muy acusado. Para revertir este fenómeno, defiende la puesta en marcha de una línea estratégica de turismo cultural y la creación de un clúster para el desarrollo de la misma.
“No debe entenderse que la propugnamos como prioridad en detrimento de otros tipos que generan riqueza para la zona, como el turismo de sol y playa”, aclara, o que “no pretendamos fortalecer la actividad industrial o la de otras actividades productivas de gran implantación, como la agricultura, la ganadería o la pesca”. “Lo que planteamos es que sea puesta en valor la extraordinaria riqueza histórica, artística y patrimonial de la provincia para desarrollar un nuevo modelo” próspero y con un menor impacto ambiental.
Cabeza de Vaca apunta al caso de Nantes, cuyo cierre del principal astillero sacudió la industria en los 80. “Los dirigentes locales apostaron por transformar la ciudad hasta convertirla en un importante enclave de de atracción de visitantes con inquietudes culturales”, explica.
Para la provincia plantea siete rutas, entre las que despunta la ciudad: el Cádiz fenicio, con el yacimiento Gadir y los sarcófagos antropomorfos del Museo; la huella romana, con el teatro; el patrimonio religioso, donde destaca la Catedral; el Cádiz del Comercio de Indias y Constitucional; y, finalmente, patrimonio etnográfico, con el Carnaval como principal atractivo.