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Miércoles 18/12/2024
 

Cádiz

La Lipodistrofia, uno de los mayores estigmas de las personas con VIH

La lipodistrofia o trastorno en el metabolismo de las grasas afecta a unas 14.000 personas infectadas con el VIH en España y se convierte en estigma si se sufre en la zona más visible del cuerpo, la cara, ha dicho a Efe el secretario de la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (Cesida), Joaquín Roqueta.

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La lipodistrofia o trastorno en el metabolismo de las grasas afecta a unas 14.000 personas infectadas con el VIH en España y se convierte en estigma si se sufre en la zona más visible del cuerpo, la cara, ha dicho a Efe el secretario de la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (Cesida), Joaquín Roqueta.

La lipoatrofia, que es como se denomina a esta patología cuando afecta a la cara, provoca en la persona baja autoestima, problemas a la hora de encontrar pareja e incluso discriminación en el trabajo, destacó Roqueta, quien pidió que pueda ser tratada con cirugía reparadora en toda España.

Desde Cesida se espera que el Ministerio de Sanidad y Política Social concluya en febrero los protocolos necesarios para el uso tutelado de la cirugía reparadora para los afectados de lipoatrofia.

Dichos protocolos posibilitarán que las Consejerías de Salud y Servicios Sanitarios de las autonomías que no cuenten con centros de referencia para este tipo de operaciones puedan derivar a los pacientes a otras comunidades.

País Vasco, Comunidad Valenciana, Cataluña y Andalucía han sido las autonomías pioneras en financiar la cirugía reparadora. El objetivo es que este tipo de intervenciones, que “no tienen nada que ver con la cirugía estética”, aclaró Roqueta, estén incluidas entre las prestaciones de los servicios públicos de salud y a nadie se le deniegue por el hecho de vivir en una zona u otra.

La lipodistrofia, que está relacionada con la forma en que nuestro organismo procesa las grasas y los azúcares, puede tener factores genéticos, pero es causada principalmente por la propia infección del virus y por la toxicidad de los antirretrovirales, por lo que una persona con VIH puede llegar a decidir interrumpir su tratamiento para no padecerla, ha asegurado Roqueta.

El secretario de Cesida resaltó la importancia de que las personas con VIH que sufren lipodistrofia, desde su nivel menos avanzado, hablen con el médico “con confianza” para que éste, si es posible, pueda tratarles con antirretrovirales menos tóxicos, que van saliendo últimamente, y evitar que se llegue a la fase denominada de “esqueletización” del rostro.

También se da el caso de personas con VIH que tienen “una salud muy buena pero ofrecen un aspecto enfermizo por sufrir lipoatrofia” u otras que prefieren no decir que están infectados por el VIH pero que esta patología “les delata”, dijo.

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