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Miércoles 27/11/2024
 

Cádiz

La ceremonia del Nobel reunirá a toda la oposición china en el exilio

Unos cuarenta opositores chinos en el exilio, incluidos los líderes de Tiananmen y de los uigures, asistirán el viernes en Oslo a una ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en la que el asiento del intelectual encarcelado Liu Xiaobo permanecerá simbólicamente vacío.

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 Unos cuarenta opositores chinos en el exilio, incluidos los líderes de Tiananmen y de los uigures, asistirán el viernes en Oslo a una ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en la que el asiento del intelectual encarcelado Liu Xiaobo permanecerá simbólicamente vacío.

Según informaron hoy diversas fuentes, mientras el régimen chino mantiene bajo control a la familia del nobel y a 140 activistas para evitar que viajen a Noruega a recoger el galardón en nombre de Liu, la oposición en el exilio y las ONG preparan la ceremonia.

El coordinador entre los exiliados, Yang Jianli, un famoso veterano de Tiananmen e investigador de la Universidad de Harvard (EEUU), señala que más de 40 han confirmado su asistencia a la ceremonia y otros actos, entre ellos algunos líderes de las protestas estudiantiles de 1989 o la activista uigur Rebiya Kadeer.

La reunión no tiene precedentes, ya que la oposición china es muy reducida y los líderes de Tiananmen se encuentran muy fragmentados.

Liu Xiaobo, de 54 años, que junto a ellos lideró la huelga de hambre entre los estudiantes de Tiananmen -la protesta que por primera vez desde 1949 puso en peligro al régimen chino-, ha sido uno de los pocos que ha continuado dentro del país con su lucha por la democracia, motivo por el que fue condenado en 2009 a once años de cárcel por "subvertir el poder del Estado".

Chai Ling (1966), una de las portavoces más feroces y mediáticas de Tiananmen e ideóloga junto con Liu de la huelga de hambre, reaparecerá en Oslo después de casi 20 años de silencio y de ejercer como empresaria de éxito con su firma Jenzabar en EEUU.

La "comandante general" se reconcilió con el movimiento pro democrático hace un año, después de convertirse al cristianismo tras décadas de renegar de su pasado rebelde -se la acusó de promover el "baño de sangre"- y desde entonces no ha parado de dar conferencias y de pedir la liberación de los presos políticos chinos.

Junto con Chai, estarán también en Oslo el uigur Wuer Kaixi (1968), uno de los rostros de las protestas del 89, pero no así el carismático Wang Dan (1969), que a diferencia del resto cumplió varias condenas hasta que en 1998 pudo salir del país asiático. Wang ha alegado problemas con las autoridades de inmigración.

En Oslo estarán otros históricos, como Feng Congde, exiliado en París y responsable de una web sobre la masacre que perpetró el Ejército chino contra los estudiantes, con cientos o miles de muertos (http://www.64memo.com/d/), o Fang Zheng, cuyas piernas fueron sesgadas por un tanque la noche de la matanza.

Otro de los invitados, el defensor de los enfermos del sida Wan Yanhai, exiliado en EEUU este año, confirmó hoy a Efe por correo electrónico su asistencia a los dos actos del Nobel el 10 y 11.

Wan explicó que el jueves, 9 de diciembre, participará en una protesta frente a la embajada China en Oslo, y al día siguiente en un simposio sobre presos políticos organizado por las ONG.

Disidentes exiliados como Wuer o Chai, "a quienes se les ha negado su regreso a China, se sienten alentados por la decisión del Nobel y su presencia en Oslo muestra un grado de unidad en el exilio que no había existido en dos décadas", señaló hoy a Efe Nicholas Bequelin, investigador de la ONG Human Rights Watch (HRW).

Pero la presencia en Oslo de Wan Yanhai o de la ecologista Dai Qing, "es todavía más importante porque durante más de tres décadas han trabajado desde dentro de China", agregó Bequelin.

En el Auditorio de Oslo estarán, además de la uigur Kadeer -acusada por Pekín de provocar los conflictos étnicos en Xinjiang de 2009 que dejaron decenas de muertos-, el protestante Bob Fu y el sindicalista Harry Wu Hongda.

El director del Instituto Nobel Noruego, Geir Lundestad, dijo desde Oslo que, a menos que se presente Liu o sus familiares, no se entregará el premio de 1,5 millones de dólares y la silla del Nobel quedará vacía, lo que considera "un contundente mensaje al mundo" acerca de "la situación de los derechos humanos en China".

Pekín mantiene bajo arresto domiciliario a la esposa del nobel, la fotógrafa y poetisa Liu Xia, y a los miembros del colectivo Madres de Tiananmen, y no ha concedido permiso a los hermanos del nobel para que salgan del país, dijo a Efe uno de sus abogados.

De la misma manera, el régimen ha impedido la salida del país al artista Ai Weiwei, al economista Mao Yushi, y a los abogados Mo Shaoping, Shang Baojun, Liu Xiaoyuan o He Weifang, en su obsesión por atajar cualquier intento por asistir a la ceremonia de Oslo.

Tampoco estarán presentes representantes de Cuba, China, Rusia, Irak, Marruecos y Kazajistán, bien por considerarse países "amigos" o por haber cedido a las presiones diplomáticas sin precedentes del régimen del Partido Comunista de China (PCCh).

Miembros del Departamento del Frente Unido del PCCh, el órgano encargado de captar o desechar cerebros nacionales, señalaron a la prensa británica que habían intentado negociar con el nobel un exilio a cambio de reconocerse culpable, pero éste se negó.

De puertas para fuera, China mantiene hasta hoy su postura de que el Premio Nobel es un ataque contra el sistema judicial y la soberanía china, ya que considera que Liu Xiaobo es un delincuente que cumple sentencia de acuerdo con la ley, su ley.

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