Los Carapapa vuelven para quedarse y con nuevas coplas recuerdan el acoso escolar ante un problema que saca el lado más positivo -el que hay que hacer cuerpo para encontrarlo- y hacer de tripas corazón para frenar una lacra que hay que frenar.
Una historia de amor y desamor, en el segundo pasodoble, que gira al final al cantarle a su pequeña.
La sensibilidad de los hermanos Mateos se manifiesta con un buen desarrollo, “sin remaches” y “sin vela que se vaya apagando”. El mejor pasodoble que cantan en toda su participación en el Concurso.