A pocos metros de alcanzar la Catedral, la lluvia hizo acto de presencia y la Hermandad de la Humildad y Paciencia tuvo que resguardarse apresuradamente en el Primer Templo gaditano. A partir de ahí, tocaba volver a mirar los partes para tomar una decisión.
Los pronósticos no habían acertado, ya que la Junta de Gobierno de la Hermandad antes de salir había vuelto a consultar los partes meteorológicos con el Consejo y no había riesgo de lluvia. Pero cuando apenas había recorrido cuatro calle, el gran enemigo de los cofrades hizo acto de presencia.
La Fiscalía de la Hermandad estuvo rápida y apresuró el camino hasta buscar refugio en la Catedral. Una rapidez que contó con la ayuda, la colaboración y el esfuerzo de los cargadores de ambos pasos. De hecho, el palio de la Virgen de la Amargura levantó casi en el final de la calle Pelota y ya no volvió a tocar el suelo hasta que estuvo dentro de la Catedral.
Una vez dentro, había que tomar una decisión y, tras reunirse la Junta de Gobierno, optaron por salir de nuevo por la puerta principal de la Catedral y volver a San Agustín por el camino más corto. Eso Cobos, Cristobal Colón, San Francisco y San Agustín. Un recorrido que hicieron sin acompañamiento musical y a un ritmo rápido con el fin de llegar lo antes posible a su templo y dar por finalizada una salida procesional que pasará a la historia de la memoria de los hermanos de Humildad por culpa de la lluvia. Una salida a medias.
No obstante, hasta que todo se vio truncado por la lluvia, el público había podido disfrutar de una de las hermandades esperada del Domingo de Ramos. Una Hermandad cuyos titulares tienen el cariño y el reconocimiento de los gaditanos.
Así, el cortejo se había abierto paso por la calle San Francisco como cada Domingo de Ramos. Con la elegancia que le caracteriza. Una elegancia que se transmite desde la Cruz de Guía hasa el paso de palio. Una elegancia que no se perdió en ningún momento, ni siquiera en el camino de vuelta, donde los hermanos procesionaron con un orden poco habitual en este tipo de casos, cuando la lluvia te sorprende en plena salida procesional.
A partir de aquí, comenzarán los debates sobre si hizo bien o no a salir a la calle. Debates estériles, porque si hay alguien que desea lo mejor para la Hermandad de la Humildad es precisamente su Junta de Gobierno, y esas decisiones nunca son fáciles.