Según informa el Bufete Ortiz Abogados, R.P.R., se sometió a la colocación de varios implantes. En la colocación de dos de ellos el dentista enroscó en exceso los tornillos de anclaje que le provocaron dolor y falta de sensibilidad en toda la zona de la boca.

Tras varios meses acudiendo a la consulta de su odontólogo en las que le explicaba en todas y cada una de ellas el dolor y falta de sensibilidad que padecía en toda la boca, éste lo único que realizó fueron anotaciones.

Pasados 7 u 8 meses y ante la pérdida de confianza, R.P.R, decidió acudir a otro dentista para que le diera una segunda opinión. Éste le realizó un TAC que arrojó como resultado el diagnóstico de estrangulación y aplastamiento del conducto del nervio dentario.

Confirma la sentencia que “ello pudiera haberse evitado si el demandando hubiera realizado, con carácter previo a la colocación de los implantes un TAC en lugar de una ortopantomografía, ya que, a diferencia de la radiografía, ofrece una visión tridimensional como campo de trabajo de modo que la imagen que proporciona es real, especifica los límites anatómicos donde colocar el implante y permite medir de forma fiable la distancia exacta de un punto a otro. El escáner o TAC dental muestra a tamaño real la cantidad y calidad de hueso del maxilar y la mandíbula y mediante dicha prueba se puede medir la altura, la anchura y la densidad del hueso en el que se van a colocar los implantes”