Navantia consiguió hace pocos meses -bajo el gobierno de Mariano Rajoy- un contrato con Arabia Saudí para construir cinco corbetas. Se tradujo y se traduce en seis mil empleos durante cinco años y 1.800 millones de euros. Eso es un hecho. El alcalde de Cádiz no quiso hace dos días ser valiente y defender ese contrato. No sé muy bien si por que fue conseguido por el Partido Popular (oh qué blasfemia) o porque su partido hace un año, el 19 de septiembre de 2017, pidió en el Congreso de los Diputados que se vetara este contrato con Arabia. Lo hizo en unión del PDCat y de ERC.
El dilema del alcalde es –por lo visto- que le cuesta pronunciar la palabra corbeta. Por eso dice que está a favor de la carga de trabajo para astilleros pero no dice que está a favor de este contrato de las cinco corbetas, como si no fueran la misma cosa.Esas dos verdades, que el PP consiguió un contrato que salvaba durante cinco años el empleo en los astilleros y que Podemos mientras pedía que se vetara ese contrato, las obvia en su tribuna el alcalde para despachar el asunto con un comentario de cuñado: la culpa del PSOE que hizo una reconversión naval y del PP que… que…. ah, que lo remató. Y tan tranquilo. Pues no, lo repito, fue el PP el partido que consiguió esa carga de trabajo y otros muchos contratos que pusieron a los astilleros de la bahía con la mejor cartera de pedidos que se ha visto en muchos años.
Y fue y es Podemos el que no para de poner trabas a los contratos con Arabia. De hecho, la foto de hace dos días de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en Moncloa, por lo pronto, se puede traducir en la perdida de seis mil empleos en la Bahía, porque una de las exigencias de su partido a Sánchez es que no se contrate más con Arabia. Con Irán parece que sí es ético contratar programas de televisión.
El dilema del alcalde es –por lo visto- que le cuesta pronunciar la palabra corbeta. Por eso dice que está a favor de la carga de trabajo para astilleros pero no dice que está a favor de este contrato de las cinco corbetas, como si no fueran la misma cosa.
Ayer ofrecí al alcalde acompañarle allá donde haga falta para mostrar al gobierno socialista de Pedro Sánchez, ese que ha provocado que se esté poniendo en riesgo –otra vez- el futuro de nuestros astilleros, que Cádiz no está dispuesto a renunciar a este contrato. Pero hay que ser valiente, hay que defender esta carga de trabajo que se llama cinco corbetas, se llama seis mil empleos, y se llama futuro. El resto sobra