El Partido Independiente del Valle del Guadiaro (PIVG) ha denunciado que después de casi ocho meses, el pabellón deportivo de Pueblo Nuevo sigue cerrado y los vecinos “ni tan siquiera pueden utilizar el aparcamiento”.
El portavoz del PIVG; Jesús Mayoral, recuerda que “el 12 de febrero de este año se derrumbó hacia la calle parte del techo de un ala del pabellón. No hubo ninguna desgracia de milagro, pues era por la mañana y minutos antes habían salido usuarios del pabellón. De haber habido algún percance o desgracia, hubiese sido ruinoso para el ayuntamiento, pues tenía vencido el seguro de responsabilidad civil y pendiente de renovar”.
“Desde entonces se cerraron las instalaciones al público y se iniciaron las medidas encaminadas a estudiar la situación real del estado en que se encuentran, contratando servicios técnicos externos para determinar si tiene arreglo, o por el contrario hay que derribarle y hacer otro nuevo. También se cerró la parte de aparcamientos existentes en el vial del mismo. La última respuesta es que seguía en estudio y que habían presupuestado una partida de 2 millones de euros en caso de tener que realizar uno nuevo”, explica.
Ante esta situación, añade Mayoral, “hemos solicitado el expediente completo de la contratación y todos los gastos realizados así como todos los informes técnicos, hace cuatro meses y no nos han remitido todavía la documentación, que analizaremos para exigir responsabilidades”.
El derrumbe del mes de febrero se produjo, recuerda el PIVG, “después de haberse realizados bastantes arreglos y modificaciones desde su precipitada inauguración, en el mes de junio de 2015, nada más tomar la posesión de la Alcaldía con la mayoría absoluta de Ruiz Boix. Ni los técnicos habían realizado la recepción del edifico e incluso faltaban obras de urbanización”.
“A las dos semanas de su inauguración, ya se cayeron unas planchas del techo de la entrada, que afortunadamente no hubo ninguna desgracia. Las obras de la urbanización y un acerado. Al poco tiempo de terminarlas, ya en el año 2016, se tuvieron que levantar y volver a poner, sin dar explicaciones que habíamos solicitado en el pleno, siguieron saliendo defectos durante todo el año siguiente, grietas en las paredes y cayéndose parte del techo de los pasillos”, indica el portavoz del PIVG.
Mayoral añade que “ya en el año 2018, ante la situación tan lamentable en la que se encontraba el interior del edificio, fue motivo de denuncias por nuestra parte en el pleno y los medios de comunicación. Siempre, con un gran ocultismo se hicieron trabajos, adicionales fuera del contrato de obra que desconocíamos si eran por motivos de la construcción o errores del ayuntamiento. Un año, tardaron en cobrar la factura de esos arreglos que superaba los 100.000 euros que ningún técnico municipal firmaba la conformidad de la factura”.
“Asombrosamente en el año 2020, se le devolvió a la empresa adjudicataria el aval que cubría la garantía obligatoria de la obra sin ningún tipo de descuento. Después se han venido realizando obras a través de Emadesa, pero todo con un gran ocultismo y sin darnos explicaciones”, lamenta.