La joven arqueóloga submarina catalana está en paradero desconocido desde el pasado 29 de junio cuando iba a hacer una inmersión en Tarifa.
La Guardia Civil investiga el hallazgo de un cadáver en la zona donde se buscaba a Úrsula Cortés Olivé, la joven arqueóloga submarina catalana desaparecida el pasado 29 de junio cuando iba a hacer una inmersión en Tarifa (Cádiz).
Según han informado a EFE fuentes del instituto armado, las autoridades marroquíes han informado de la aparición de un cadáver que ha sido conducido por las aguas del mar hasta las proximidades de Tánger.
La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Algeciras (Cádiz), que estaba investigando la desaparición, lleva a cabo gestiones para confirmar la identidad de manera oficial del cadáver a través de huellas dactilares y ADN.
La sospecha de que pueda tratarse de la joven arqueóloga se sustenta en que tenía un tatuaje de un ánfora en el brazo izquierdo, que coincide plenamente con el del cadáver hallado.
La última vez que vieron a la joven Úrsula Cortés Olivé, de 24 años, fue el viernes 28 de junio en el puerto de Tarifa.
El padre de la joven avisó a la Guardia Civil de que la chica tenía previsto hacer inmersiones en el agua porque se dedica a la arqueología submarina.
La joven, de Santa Coloma de Gramanet, hacía un máster en arqueología subacuática en la Universidad de Cádiz y acaba de concluir sus prácticas en el puerto de Algeciras.
La alerta de la desaparición se produjo el lunes 1 de julio y la vieron por última vez a las 22:35 horas del viernes 28 de junio.
Su vehículo Skoda Felicia de color gris fue localizado días después en la zona de la explanada del recinto ferial de Tarifa y su documentación en el camino que lleva a la Isla de las Palomas, a más de dos kilómetros de donde se encontraba el vehículo.