Tras cien años de excavaciones, las ruinas de Baelo Claudia, asentadas junto a la playa de Bolonia, en Cádiz, siguen dando sorpresas, como el reciente hallazgo de una escultura masculina de mármol y tamaño natural que ha revelado que la ciudad hispanorromana no era tan austera como se pensaba.
El consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, ha acudido hoy al conjunto arqueológico, ubicado en el término municipal de Tarifa, para conocer este singular hallazgo, que fue descubierto el pasado viernes por un equipo de la Universidad de Cádiz que trabaja en un proyecto de investigación denominado "Economía Marítima y actividades haliéuticas en Baelo Claudia".
"Estábamos excavando con un pico, pensábamos que era una piedra, pero de repente le vimos un pectoral marcado y dijimos ¡para, para!", contaba hoy emocionado uno de los estudiantes que participan en este proyecto de investigación.
Hacía doce años que no se encontraba una escultura semejante, a pesar de las continuas excavaciones que se realizan en la zona.
El hallazgo ha sido realizado en una zona de extramuros de Baelo Claudia, junto a la playa, en una parte en la que afloraban unas líneas de muros que en un principio se pensó que podrían formar parte de un posible faro o incluso de una torre de avistamiento de túnidos, según explicaban hoy Darío Bernal y Alicia Arévalo, los profesores de la Universidad de Cádiz que trabajan en este proyecto.
Por eso desde el año 2010, estos profesores y los alumnos que trabajan con ellos en el proyecto investigaban este espacio con prospecciones geofísicas incluidas, hasta que el año pasado comprobaron que en realidad se trataba de unas termas.
Dentro de la piscina, a más de un metro de profundidad, ha sido hallada la escultura, que probablemente representa una divinidad y está en buen estado de conservación a pesar de que le faltan la cabeza, una pierna completa, la mitad de otra, un brazo completo y el antebrazo de otro.
En las inmediaciones se ha localizado un pie y los arqueólogos creen que bajo otras capas aún no excavadas pueden estar el resto de los miembros de esta escultura e incluso otras sorpresas de valor arqueológico, como los restos de mosaicos que ya han asomado.
De hecho, de los cincuenta metros con que cuenta la piscina sólo se ha intervenido hasta el momento en un diez por ciento.
Para los arqueólogos, el hallazgo es importante porque viene a demostrar que en Baelo Claudia, una ciudad romana industrial dedicada a la producción de salazones y de salsas de pescado (garum), no todo era austeridad.
También tenía edificios públicos adornados, como estas termas ubicadas fuera de la ciudad, como tenían otras ciudades romanas importantes como Pompeya.
La escultura se suma a otros conjuntos artísticos hallados en esta zona, como la del emperador Trajano, dos esculturas de togados, otras dos femeninas y restos de una estatua de Juno.
Angel Muñoz, director del conjunto arquitectónico, ha aventurado hoy que la escultura podrá quedarse en el museo de Baelo Claudia porque "tiene las infraestructuras necesarias" para almacenar tanto este como otros hallazgos encontrados en la zona, algunos de los cuales se encuentran en museos.
De su lado, el consejero de Cultura Paulino Plata se ha mostrado hoy "orgulloso" del trabajo que se realiza en este conjunto, en el que desde 1989 la Junta de Andalucía ha gastado 770.000 euros, en lo que ha calificado como "una inversión fantástica" que a buen seguro todavía dará "más sorpresas". Con ello, ha dicho, "la vieja Roma y la nueva Andalucía se dan la mano".