La organización ecologista Verdemar-Ecologistas en Acción mostró ayer su postura contraria a “lo que pretendía calificar” el redactor, ya despedido, del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de San Roque.
Verdemar puso de manifiesto que la idea del redactor era calificar como sistema general las 200 has de Guadalquitón y compensar esto con la clasificación de urbanizable sectorizado de Guadalquitón Alto y Borondo para un crecimiento turístico de alto nivel con hoteles de cuatro estrellas unas 4000 habitaciones (aproximadamente 20 hoteles con una media de 200 habitaciones cada uno) (uso turístico 65 %) y residencial de alto standing (35 %) con un total de 2000 viviendas aproximadamente.
En total 700.000 m2 de techo edificable aproximadamente en unos de los bosques de alcornoques mejor conservado del litoral mediterráneo. Desde Verdemar recordaron que, en su momento se pronunció la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea tras la denuncia de Verdemar Ecologistas en Acción. Hacía mención en la degradación continua de los hábitats naturales y las amenazas que se ciernen sobre determinadas especies que constituyen una preocupación primordial de la política de medio ambiente de la Unión Europea (UE).
La Directiva Hábitats, pretende contribuir al mantenimiento de la biodiversidad en los Estados miembros definiendo un marco común para la conservación de los hábitats y la fauna y la flora de interés comunitario.
Los Anexos I y II de la Directiva recogen los tipos de hábitats y las especies cuya conservación requiere la designación de zonas especiales de conservación. Algunos de ellos se definen como tipos de hábitats o de especies «prioritarios» (en peligro de desaparición). El Anexo IV enumera las especies animales y vegetales que requieren una protección estricta. En la finca de Guadalquitón y Borondo, en el término municipal de San Roque (Cádiz) España, existen esos hábitats que debe proteger la anterior directiva.
Especulación
Para Verdemar, el equipo redactor del PGOU, “obligado a proteger 200 hectáreas de Guadalquitón bajo”, pretendía, sin embargo, “especular con 300 hectáreas de suelo no urbanizable de alto valor ecológico y ambiental con un impacto ambiental muy severo y un crecimiento insostenible”.