En primer lugar la responsable municipal ha desmentido que los vecinos lleven un año esperando respuestas de la Administración local y ha asegurado que el primer contacto que tuvieron estos con la Delegación de Medio Ambiente se remonta al pasado 29 de julio y no antes. A consecuencia de dicha comunicación los técnicos giraron visita a la zona en los primeros días del pasado mes de septiembre, constatando que los suelos a los que aluden los vecinos, en los que se ubica el arroyo, no sólo son de titularidad privada, sino que además están catalogados en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) como no urbanizables, por lo que en ellos no debería haber construcción alguna.
El área de influencia del arroyo está sometida al dominio público hidráulico, cuyas competencias ejerce la Agencia Andaluza del Agua. La zona en cuestión está situada en la laguna de la Paja y de la Cruz que se alimentan de las aguas de varios arroyos y por tanto se trata de terrenos inundables.
Actuaciones
Pese a lo anterior, Castañeda aseguró que “desde Medio Ambiente se ha procedido a la localización del propietario de los suelos para comunicarle la obligación de su mantenimiento en buen estado de limpieza”. De la misma forma se ha dado traslado a la Agencia Andaluza del Agua el asunto para que adopte las medidas que sean necesarias en materia hidráulica”. No obstante, la delegada asegura que según verificaron los técnicos en su visita la situación del arroyo “no era tan alarmante como en principio se había denunciado”.
Desde el Ayuntamiento destacan que uno de los principales problemas de la zona es la proliferación de viviendas construidas al margen de la normativa urbanística en los últimos años y, recientemente, la ejecución de movimientos de tierra y rellenos con un claro fin urbanístico, que pueden afectar a la dinámica hidráulica del arroyo. Curiosamente, fueron los propios vecinos los que alertaron de estos movimientos de tierra, pese a que sus viviendas también son irregulares. “Se están realizando labores de rellenado del terreno en la parte final del arroyo, lo que está perjudicando a que el agua fluya con normalidad”, alertaban ya hace un par de semanas algunos de los residentes.
“Hemos puesto en conocimiento de la Gerencia de Urbanismo las actuaciones urbanísticas practicadas, dadas las consecuencias que este hecho puede tener en un futuro, para que inste a la paralización de los movimientos de tierra en la zona. No olvidemos que se encuentran en un área en la que no es posible la obtención de ningún tipo de permiso de construcción por la categoría de los suelos recogida en el PGOU”, informó la delegada de Medio Ambiente.
“Por todo ello es importante que los vecinos tengan conocimiento de las consecuencias que estas actuaciones urbanísticamente prohibidas pueden tener para la seguridad de sus viviendas”, concluyó Castañeda.