A pesar de las restricciones de aforo, la nueva categoría de bronce del fútbol español, profesionalizada, como es la Primera RFEF, está atrayendo con fuerza a los aficionados hasta las gradas de sus estadios. El caso de las dos aficiones del Campo de Gibraltar en dicha categoría no es diferente. De los diez partidos con mayor asistencia hasta el momento, los jugados en casa por Algeciras y Balona son los que más aficionados han reunido entre las localidades que no son capital de provincia.
Casi noventa mil espectadores, según datos de la propia RFEF, han difrutado desde las gradas y con mascarilla puesta de esta nueva categoría profesionalizada y de excelencia, con cifras similares e incluso superiores en cuanto a asistencia se refiere a las cosechadas por la división inmediatamente superior.
Los primeros encuentros ligueros disputados en casa por Balona y Algeciras están entre los diez con mayor asistencia de la categoría. En concreto, el duelo de los algeciristas en el Nuevo Mirador del pasado viernes, ante el Andorra, lo presenciaron 4.000 espectadores. Eso lo convierte en el séptimo encuentro con mayor afluencia de público de la categoría en lo que va de liga y en el tercero del grupo II.
Por su parte, el Balona-Castilla de la jornada inaugural de la temporada reunió en el Municipal a 3.177 aficionados, igualando en la novena plaza como el partido con más espectadores de la categoría y el quinto del grupo II.
El grupo I copa los primeros puestos del ranking de partidos con mayor asistencia. Así, al derbi gallego entre el Deportivo de La Coruña y el Celta B acudieron un total de 13.000 espectadores, cifra que no lha llegado a igualar ninguno de los encuentros de Segunda División durante sus primeras jornadas. Le siguen, de lejos, el Badajoz-Talavera (5.200), el Racing de Santander-Tudelano (4.974), el Logroñés-Racing (4.763) y el Albacete-Castellón (4.711), el encuentro con más público del grupo II hasta ahora.
“La Primera RFEF Footters aparece así como un gran éxito del fútbol español en su conjunto, tanto en términos de calidad deportiva, de emoción, de un sistema competitivo que prima los méritos sobre el campo con el suspense futbolístico de los play-off y, en general por la respuesta de sus aficionados”, destaca la propia RFEF, que destaca también el éxito del protocolo anti-Covid en los estadios.