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Lo que queda del día

El riesgo en tiempos de covid

Clamamos contra la gente que llena las zambombas, pero hay que hacerlo con los que las llenan y no están vacunados.

Publicado: 04/12/2021 ·
18:25
· Actualizado: 05/12/2021 · 10:17
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Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

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Durante los últimos días las redes sociales se han plagado de imágenes de celebraciones navideñas en las que, por encima de todo, llamaba la atención la masiva afluencia de público, con la peculiaridad de que donde unos veían la vuelta a la normalidad y la recuperación económica de muchos negocios, otros, los de los comentarios mayoritarios, veían el apocalipsis mediante una simple asociación de ideas: unir esas fotos a los datos de incrementos de contagios de la última semana, a los que se vienen produciendo en otros países europeos y a la aparición de la nueva variante ómicron.           

Es cierto, hay más contagios, pero sobre todo entre personas no vacunadas, entre ellas muchos menores de 12 años. Y también es cierto, hay mucha gente en esas celebraciones, pero quienes supuestamente debían escandalizarse y tomar medidas, los expertos de los comités de salud pública, no lo hacen en virtud de criterios nada sospechosos: prevalece la reducida presión asistencial, a diferencia de olas previas en las que los contagios iban ligados a ingresos hospitalarios.

El puente festivo dará o quitará razones, pero más allá de apelar a la responsabilidad de las personas que participan en zambombas y actos más o menos multitudinarios, hay que apelar a la de los que acuden sin estar vacunados, que es el aspecto que parece haber recabado mayor consenso y sobre el que se están posicionando de forma más contundente otros países europeos, con Alemania al frente, donde casi se está forzando al autoconfinamiento a aquéllos que siguen sin haber recibido una sola dosis, así como en los que se está planteando la vacunación obligatoria.

El periodista e investigador Fareed Zakaria acaba de publicar en Estados Unidos el libro Diez lecciones para un mundo postpandémico, sobre el que habló en una entrevista con Bill Maher. En su opinión, hay que diferenciar claramente entre vacunados y no vacunados: “Para los primeros esto se acerca ya más a una endemia. Para los segundos esto sigue siendo una pandemia, sin olvidar que tienen un riesgo 12 veces mayor de morir por covid. Por contra, si estás vacunado, el riesgo de enfermar gravemente es casi el mismo que salirte de la autopista en plena recta; es decir, es un riesgo que debería correr a cargo de cada uno”. Zakaria también defiende la ausencia de restricciones una vez alcanzado un alto índice de inmunización a través de la vacuna: “Una vez has completado la pauta, tú mismo deberías poder decidir qué riesgo correr”. Una conclusión que explica por sí misma las fotos que escandalizan ahora a tantos internautas.

  • Y no hay que irse tan lejos para encontrar discursos similares. Joaquín Dopazo, doctor en Ciencias Biológicas de la Fundación Progreso y Salud, defendía esta semana en Abc que la normalidad estará más cerca cuantas más personas se vacunen. E incidía en la misma idea: “Es irresponsable que donde vacunarse es además gratis haya gente que no quiera”.

De hecho, la insistencia en torno al pasaporte covid ha empezado a funcionar como estrategia amenazante sin ni siquiera entrar en vigor. Basta ver los efectos de su anuncio en las colas que se están produciendo en centros de salud y vacunódromos para atender a los más rezagados. Da igual si los tribunales te lo rechazan después o no; lo importante es que se ha introducido un nuevo factor de movilización para ayudar a incrementar el porcentaje de vacunados, al que habrá que añadir en breve el de la vacunación de niños y niñas.

 “No sé qué pensarán de nosotros -advertía Dopazo- en países en los que no tienen acceso a vacunas y ven morir a sus seres queridos por no haber podido vacunarlos”. Está bien como mensaje moralizador, pero ya que lo apunta debería escocer más a los organismos internacionales que a los antivacunas. También eso lo preveía la película Contagio. Con pandemia o sin ella, el mundo sigue dividido entre naciones ricas y naciones pobres, por eso escandaliza más la foto de una zambomba que la de un páramo repleto de féretros.                            

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