Un doblete de Cristiano Ronaldo marcó un partido en el que el portugués tiró de un Real Madrid al borde de la esquizofrenia, ante una Real Sociedad que desaprovechó un triplete de Xabi Prieto (4-3) y jugar en superioridad numérica por la expulsión de Antonio Adán, el día que la afición blanca se posicionó del lado de Iker Casillas y contra José Mourinho.
El primer partido de 2013 en el Santiago Bernabéu pasó factura a Mourinho. Por primera vez desde que llegó, la afición silbó masivamente su nombre cuando fue nombrado por megafonía. Los 16 puntos de distancia con el Barcelona y el pulso público evitable con el capitán Iker Casillas agotan la paciencia del seguidor blanco. El técnico fue señalado.
Por si hubiese pocos alicientes para un partido con guión propio de película taquillera, el Real Madrid acusó los nervios de una defensa de circunstancias y la temprana expulsión de Antonio Adán, a los seis minutos de juego, tras un error del canterano en un despeje con los pies.
Y eso que a los dos minutos ya sacaba provecho de la endeblez defensiva de la Real Sociedad. Khedira asistía con precisión entre líneas a Benzema, que en el primer balón que tocaba firmó un gol cruzando su disparo a Bravo.
Sin Sergio Ramos, Pepe, Raúl Albiol, Marcelo ni Coentrao, la imagen de la defensa madridista era un drama. Essien de lateral derecho, Arbeloa desubicado en la izquierda y dos centrales como Varane y Carvalho que sufrieron como nunca. A los seis minutos un mal despeje de Adán acababa en cesión de Carvalho y un penalti claro al mexicano Vela le costaba la expulsión.
El 'santo' de Iker sigue más vivo que nunca. Cuando se confirmaba su papel de suplente y el Bernabéu optaba por su capitán en el pulso con Mourinho, Adán se marchaba al vestuario. Nunca un estadio había celebrado la expulsión de uno de sus jugadores. Hoy lo hizo. Por desgracia para Adán, que poca culpa tiene al estar en medio de la batalla entre técnico y capitán. Se celebró como un gol el momento en el que Casillas pisó el césped pese a que nada pudiese hacer ante el buen golpeo de Xabi Prieto en el penalti.
El portero es el puesto del equipo de más confianza. El titular la siente y el suplente la busca. Casillas no tiene la de Mourinho y pese a sus galones saltó nervioso. Falló en sus dos primeras acciones. Regaló un pase a Xabi Prieto, que disparó al lateral de la red, y dejó una mala salida por alto. La Real Sociedad ya se había adueñado del duelo. Cómoda con el balón, con Vela apareciendo en cualquier zona del campo, probando a Casillas y encontrando la calidad de Prieto.
Cada ataque donostiarra hacía temblar a la zaga blanca. Los centros repletos de calidad de Xabi Prieto generaban peligro y el Real Madrid en inferioridad numérica dejaba patente una evidencia esta temporada, al equipo de Mourinho le falta fútbol. En esas es cuando crece la imagen de Cristiano Ronaldo. Capitán y voluntarioso. Sin medir esfuerzos.
Dos arranques de rabia del portugués en contraataques despertaron al equipo madridista y su afición. El orgullo de Cristiano tiró del Real Madrid. Khedira perdonó un mano a mano en el minuto 34 y segundos después se desquitó con un gol de tacón. El disparo de Carvalho lo desvió el alemán con calidad. Capaz de marcar lo difícil y perdonar lo sencillo. Al borde del descanso, a portería vacía, chutó al cielo. Ya había empatado de nuevo Prieto, aprovechando un rechace tras un disparo de Vela, que sorprendió descolocada a la defensa madridista.
Le faltó personalidad a la Real Sociedad para ir a por el triunfo. Se olvidó de que jugaba con un hombre más y pensó que el empate no era malo en un estadio como el Bernabéu. Añoraba el peligro de Griezmann y el remate de Ifrán, y en la segunda parte fue cediendo metros ante un rival que acabó empujando para intentar salir de su crisis.
En esos momentos donde el juego queda apartado y solo importa el triunfo, es cuando Cristiano se queda solo en el esfuerzo. Sus continuos intentos de disparos tuvieron su premio. A los 67 minutos Benzemá vio su desmarque, le picó el balón y el portugués, con la zurda, superó la salida de Bravo.
A la heroica el Real Madrid volvía a adelantarse en el partido y Cristiano decía su última palabra a balón parado. Su obús se lo comió Bravo, con parábola y potencia pero centrado, donde un portero debe meter con fuerza los puños. Cuando reaccionó el esférico ya estaba en su portería. La celebración del portugués dejó el apoyo que necesitaba el gran perjudicado de la tarde. Se dirigió a Mourinho, que hoy asomó poco por la zona técnica. El entrenador no estaba para celebraciones.
Regresó Gonzalo Higuaín y el primer balón que le llegó lo estrelló en el travesaño. Xabi Prieto cerraba su gran partido con un 'hat-trick' tras el enésimo error de la zaga madridista lanzando mal un fuera de juego y el poste evitó el triplete de Cristiano. La Real acabó con diez por la expulsión de Estrada y con la sensación de haber dejado escapar una oportunidad única de ganar en el Bernabéu. El Real Madrid, en plena locura, saca la cabeza al ritmo de Cristiano.