No sólo la crisis afecta a la economía local de la ciudad, también lo hace el mal tiempo. Y es que el temporal de viento y lluvia que lleva sufriendo nuestra localidad desde la pasada semana ha provocado que la flota se vea obligada a permanecer amarrada. “El martes de la semana pasada ya no salimos y está semana tampoco han salido los marineros”, ha explicado el presidente de la Asociación de Armadores de El Puerto, Antonio Ares.
Circunstancia que afecta a unos 90 marineros en el municipio portuense, así como a todos los trabajadores que dependen de ellos. “Por cada marinero que sale, comen siete personas en tierra, que se ocupan del hielo, del gasoil, etcétera, esto es una cadena que afecta a muchos”, ha apuntado Ares.
Cabe recordar que entre las 80 u 90 especies que suele recoger la flota, destaca el salmonete, el choco, el calamar o el pulpo.
Así, el puerto permanece totalmente paralizado y los pescadores continúan mirando al cielo y “esperando que la cosa se calme para que podamos salir a faenar”.
Igualmente, y como no podía ser de otra manera, el cese de la actividad pesquera también repercute en el comercio local. “Hemos notado que los precios han aumentado en 2 o 3 euros con el temporal”, explica uno de los comerciantes de la plaza.
Esto se debe, fundamentalmente, al hecho de que al haber menos cantidad de pescado y seguir manteniéndose la demanda, los precios han aumentado en los productos típicos de nuestra Bahía, como son los chocos o los boquerones. Y esto, como no, repercute finalmente en el precio final que ha de pagar el cliente. “Hemos tenido que subirlo un poco porque sino no ganamos nada. Yo, por ejemplo, he comprado una caja de boquerones que me ha costado 50 euros cinco kilos, a 10 euros el kilo y lo tengo puesto a 10,90 euros, porque aquí también tenemos que comer”, cuenta un pescadero.
Otros, en cambio, optan por los mismos productos, pero de distinta procedencia. “Donde compramos también hay pescado de otras zonas de España y de Portugal y Marruecos, por lo que hemos optado por otros productos para mantener el precio”, indica un comerciante que además añade que “cuando se puede, normalmente apostamos por los productos de la Bahía, pero ahora que hay escasez, tenemos que seguir dando precio a nuestros clientes”.
Y es que, tal y como señalan, el consumidor cada vez mira más por su bolsillo. “Si antes se llevaban dos kilos ahora se llevan medio o un cuarto, las ventas han descendido bastante”, sostienen los comerciantes del Mercado.
Así, y en líneas generales, los comerciantes de la Plaza cifran la caída de las ventas, desde principios de este 2013, en un 30-40%.
