No hay tiempo que perder ni balas que desaprovechar. Es hora de actuar y de intentar reconducir las precarias opciones de salir indemne del fregado en el que está instalada la entidad. La cuenta atrás hace tiempo que inició una peligrosa y difícil resolución final. El escenario actual despeja, aún más si cabe, un panorama cada vez más clarificador ante lo que está por acontecer.
Las opciones, las dos con las que siempre se han barajado desde un principio, son claras. Por un lado, retomar las negociaciones, más frías que nunca, con el que fuera presidente racinguista Manolo Lores y volver así a revivir un fuego que se extingue poco a poco. El vigor inicial se ha ido apaciguando con el paso del tiempo en un ardor cada vez más impasible.
Las prisas iniciales han dado lugar a otras estrategias más calmadas y pausadas al objeto de verlas venir y actuar en consecuencia.
Bien por lo complicado o bien por tomar otras alternativas menos arriesgadas, lo cierto es que cuando la temporada ya languidece, el acercamiento está de nuevo en marcha, para reanudar las conversaciones mantenidas meses atrás.
Con discreción y con meticulosidad, el objetivo es allanar y provocar el escenario perfecto para encontrar esa viabilidad que desde la dirección concursal ha demandado por activa y por pasiva. Los pasos son cortos pero decisivos. O hay dinero para responder al calendario de pagos o la existencia del club está más que nunca en entredicho.
Las dificultades en salir airosos también entran dentro del programa establecido, aunque, eso sí, saben que es la única, hasta el momento, salida para encaminar el entuerto. De igual modo, la interpretación exculpatoria de haber hecho todo lo que ha estado en su mano, pondrá en bandeja la otra opción.
La otra, la que la versión oficial aguarda pero la que reservan para el segundo acto, es salir con el Recreativo Portuense. El ascenso de éste a la Regional Preferente, dos categorías por debajo de Tercera, amortiguaría la hipotética caída del Racing.
Sin ser la elección que menos complace de puertas hacia fuera, es la que ha tomado el otro recorrido y parece que va tomando más fuerza con el paso del tiempo.
Ante el Cádiz B, a las 11.30 horas
Nada que ver con el dramático encuentro que disputaron la temporada pasada y que complicó la existencia al equipo racinguista tras perder. En aquella ocasión, con todos los deberes hechos, los cadistas vencieron en el Ramón de Carranza a un Racing tocado. La situación, con los dos equipos salvados, invita a un derbi con menos urgencias.
Para este partido serán bajas por acumulación de cartulinas amarillas Rafi Cruz y Matallanas.