A veces, algunos proyectos que se inician generan ilusión, pero, a la vez, un sabor amargo que es difícil de describir. Es la sensación que tienen desde Afanas que han iniciado este semana el comedor y la escuela de verano para un total de 64 menores en edades comprendidas entre los 3 y los 12 años y procedentes de las distintas zonas de nuestra ciudad como Los Madrileños, Luis caballero, Los Milagros, Pinillo Chico, el Barrio Alto, la plaza toros o Valdés.
Una iniciativa, dicen, que supone un reto pero que, además, no deja de cubrir un fin social: “garantizar la alimentación de estos niños durante los meses de verano”. Pero que, esperan para próximos veranos, “que no tenga que hacerse nunca más, ni la Administración ni cualquier otra institución, porque esto significaría que ningún niño en El Puerto pasaría necesidad, que es lo más importante de este proyecto, y que aseguraría que está cubierto lo básico para los niños”, ha destacado el responsable del proyecto, Modesto Serrano.
Después de un largo proceso en el que las ex trabajadoras del piso asistido habían dedicado tiempo y esfuerzo en dar forma a esta idea que finalmente no contó con los recursos deseados, Afanas tomó las riendas para que estos pequeños pudieran tener asegurada su alimentación. “Nos pusimos en contacto con Elías Py, que había sido junto con las trabajadoras quienes habían desarrollado el proyecto, le informamos de lo que íbamos a hacer y también a Prodeni y nos dijeron que si había voluntad y medios, siguiéramos adelante”, ha comentado Serrano.
En este sentido, se pusieron en marcha todos los mecanismos para que se iniciara el comedor y la escuela de verano. Al contar con las instalaciones de comedor en el centro Mercedes Carbó, además de otras como la piscina que serviría para dinamizar las actividades, se daban las circunstancias propicias para que la institución pudiera acogerse al Decreto- Ley 7/2013, de 30 de abril, de medidas extraordinarias y urgentes para la lucha contra la exclusión social de la Junta de Andalucía. Aunque, tal y como han subrayado desde Afanas, “aún no se sabe cuándo ni cuánto se cobrarán por parte de estas ayudas”.
Durante estos meses y hasta el próximo 30 de agosto unos diez trabajadores se coordinaran para organizar y disponer de todo lo necesario en la escuela de verano. Así, el centro Mercedes Carbó cuenta con tres profesoras de Educación Infantil, un trabajador social con un máster especializado en trabajo con menores en riesgo de exclusión social, dos trabajadoras del antiguo piso asistido, otro trabajador y una psicóloga, así como los encargados de la alimentación – la cocinera y el pinche de cocina – y una limpiadora.
A ellos se unirán, las ex trabajadoras del piso asistido que prevén la realización de alguno de los talleres que organizaron para su proyecto de ‘las titas’ como teatro o de sombras.
Sin embargo, los niños durante todo el periodo vacacional estarán entretenidos con un sinfín de actividades que se han organizado para ellos. “Tenemos talleres, teatro, juegos de agua, piscina o baile”, ha puntualizado la psicóloga del centro, Mª Carmen Ferrer, que ha añadido además que “se imparte durante una hora diaria, más o menos, algunas actividades de refuerzo educativo”.
Por otra parte, las familias han mostrado a Afanas su agrado y satisfacción de que, finalmente, este proyecto haya llegado a buen puerto porque, tal y como ha profundizado Modesto Serrano, “sus hijos iban a tener garantizados que iban a comer, que es una triste realidad que no nos damos muchas veces cuenta, pero que es de verdad y está ahí”.
En lo que se refiere a las comidas, que han sido diseñados por un especialista dietista, los menores reciben, nada más llegar al centro, alrededor de las 10.30 horas, el desayuno. Más tarde, el almuerzo, en horario de dos turnos, a las 13.30 y a las 14.30, ofrece un menú completo. A esto hay que añadir una merienda-cena que es preparada en el centro y que cada uno de los niños se lleva a su casa. Todo ello garantiza que, como mínimo, los pequeños realizarán tres comidas diarias.
Junto con El Puerto, sólo otras tres ciudades gaditanas han conseguido poner en marcha estos proyectos a través del decreto: La Línea, Algeciras y Cádiz.